Moda

Y ES QUE ASÍ ME SENTÍ CUANDO ME INVITARON A CONOCER UNA DE LAS MANUFACTURAS Y LA MAISON DES MÉTIERS D’ART DE CARTIER EN LA CHAUX-DE-FONDS, SUIZA.
A 90 MINUTOS DE GINEBRA EN MEDIO DE CAMPOSY MONTAÑAS, LA TERCERA CIUDAD DE SUIZA ESTÁ DEDICADA A LA MICROTECNOLOGÍA, A LA ARQUITECTURA —AHÍ NACIÓ LE CORBUSIER—Y POR SUPUESTO A LA RELOJERÍA.

DE ENTRADA EL VIAJE ES UNA GOZADA, ver sembradíos perfectamente organizados, contemplar la parsimonia del ganado que toma su tiempo para observar, pastar y desplazarse te va planteando un escenario diferente, lleno de quietud, paz y relajación. ¿Será que esas son las cualidades que se necesitan para ser un experto en relojería? Tener el tiempo a tu favor, eso sin duda. La pulcritud y el orden de la manufactura son impresionantes a pesar de que se trabaja con metales, allí se hacen los eslabones de los brazaletes de algunos modelos de relojes, las manecillas azules, entre otras piezas, cada quien sabe su lugar y lo que tiene que hacer para que el proceso sea tan mecánico y preciso justamente como el de un reloj. En esta manufactura se evalúan las composturas de los relojes vintage o de colecciones regulares de todo el mundo. Aquí es donde
te hacen un diagnóstico y te dicen si el reloj es original en su totalidad o no.

Son cinco sedes en Suiza las que albergan las manufacturas de la maison francesa, cada una con tareas asignadas para entre todas, como una orquesta, armar los relojes nuevos y clásicos de Cartier. Pero la joya de la corona sin duda es la Maison des Métiers d’Art, una granja estilo bernés del siglo XVII restaurada con materiales endémicos, donde se conservan todas las tradiciones y savoir-faire que hacen de las colecciones de alta relojería y joyería de Cartier una maravilla.

La luz natural es un elemento fundamental para trabajar en ambos oficios, por lo que la remodelación de entrada planteó un pozo central que atraviesa todas las plantas con el propósito de facilitar el trabajo de artesanos relojeros y joyeros.

Son 50 las personas privilegiadas en trabajar aquí. Cada uno tiene su estación y su especialidad, en este sitio el talento se ha convertido en un registro impresionante de más de 30 patentes. Aunque es bien sabido que Cartier empezó como un joyero en 1847, le tomó 6 años descubrirse también como relojero, dos universos que se amalgaban en la maison francesa. El trabajo del metal, por ejemplo, lo dirige un joyero, quien esculpe y diseña la joya pero también coordina todos los pasos que involucran la creación. Así es como engaste y pulido están al servicio de la precisión relojera, como el engaste de grano, el de pabellón invertido o el serti pelage, un arte propio de Cartier, que emula el pelaje en el caso más común, de un felino. El arte del fuego (esmalte), el arte del metal (el granulado y la filigrana) y el arte de la composición (la marquetería) se concentran en esta granja para perfeccionarse y conservarse. Un grupo de ingenieros, expertos y técnicos desarrollan tecnologías vinculadas a microfluidos, mecánica, magnetismo y hasta la impresión en 3D en oro o el láser.

Los componentes y movimientos de alta relojería se fabrican y decoran en la manufactura de La Chaux-de-Fonds y luego se trasladan a la Maison des Métiers d’Art para ensamblarlos y encajarlos, además de supervisar los controles para transformarlos en movimientos. El lujo se preserva, se transmite y también se puede innovar mediante este. Los oficios artísticos son quienes dan la base de creación de maravillas relojeras y de joyas impresionantes que empezaron en la imaginación y aterrizaron en la experiencia y maestría de los oficios.

en la renovación de granjas. Este es el comedor.
Cartier sabe que en el siglo XXI debe cuidar de ellos, reunirlos y fomentarlos, así la tradición no solamente se transmite de boca en boca, sino a través de maestro y aprendiz. Los artesanos que aquí trabajan son excepecionales en la vanguardia de su arte, se trata de crear un ambiente donde la búsqueda se comparta y se enfoque en la excelencia. En 1993 la maison inauguró en Couvet Suiza un Instituto de Relojería que les brinda a entre 150 y 200 aprendices y artesanos de las Manufacturas Cartier formación en los oficios relojeros y mecánicos. También la maison fomenta los vínculos entre escuelas de Francia y Suiza que velan por el engaste, la joyería y la relojería.

Maison des Métiers d’Art,
la luz entra de manera natural para que los expertos artesanos, joyeros y relojeros tengan la iluminación correcta para trabajar.
Mientras disfrutábamos de una soleada tarde de abril en el patio de la granja, antes de comer delicioso en el comedor de madera, no pude evitar pensar que pasado y futuro conviven en esta granja del siglo XVII en todo sentido, arquitectónico, gastronómico pero el más importante el de los artesanos y relojeros expertos que buscan seguir sorprendiéndonos a todos en el presente con joyas, movimientos, engastes y técnicas.