Después del éxito de su campaña “Play Big” en 2024, la marca francesa da un paso más en la construcción de su narrativa estética, apostando esta vez por una serie de retratos y cortometrajes que recontextualizan sus piezas más representativas. El resultado es una sinfonía visual que mezcla el arte, la moda, el deporte y la cultura pop con un tono alegre, ingenioso y profundamente estilizado.

La campaña fue concebida en colaboración con la agencia creativa BETC y llevada a cabo por un equipo de talentos de primer nivel. El fotógrafo y cineasta Tyler Mitchell, reconocido por capturar con sensibilidad y colorido el espíritu de las nuevas generaciones, dirige el imaginario visual. Acompañan su mirada la escenografía de Poppy Bartlet y el estilismo de Imruh Asha, quienes aportan un lenguaje escultural, gráfico y moderno. Las piezas audiovisuales se completan con una banda sonora original del compositor francés Émile Sornin, que, al ritmo de sonidos que se doblan y se estiran, inyecta humor y frescura a cada escena.

Cada embajador de la campaña representa un “mito moderno”, una encarnación del ADN Lacoste a través de una pieza ícono reinterpretada. Las prendas clásicas –la polo, la falda plisada, el bolso– se transforman en símbolos de identidad contemporánea, y sus portadores, en figuras casi mitológicas.

Novak Djokovic abre el juego vestido con la legendaria polo blanca de Lacoste. El número uno del tenis mundial aparece envuelto en una red de oro que se convierte en capa, como un homenaje visual a su estatus de leyenda deportiva. No es solo el rey de la cancha: es también un emblema viviente de la elegancia funcional que caracteriza a Lacoste desde sus orígenes.

La actriz Adèle Exarchopoulos, ícono del estilo francés, se apropia del nuevo bolso Lenglen –bautizado en honor a Suzanne Lenglen, pionera del tenis femenino y musa de la marca– y lo reimagina como una falda plisada. El juego visual fusiona herencia y renovación, en una silueta que mezcla el chic effortless con un guiño sartorial.

Por su parte, el actor Pierre Niney encarna la esencia lúdica de Lacoste con un look en el icónico verde cocodrilo. Reposando sobre un sofá, su imagen minimalista y relajada se convierte en un manifiesto de estilo: sobrio, inteligente y con humor. 

La leyenda del tenis Venus Williams se eleva como una diosa moderna. Su imagen es poderosa y refinada: con falda plisada y una pelota de tenis transformada en perla, redefine el concepto de fuerza femenina y el legado deportivo de Lacoste. Venus no solo representa la historia; la reescribe con elegancia y temple.

Finalmente, el fenómeno global Wang Yibo –actor, cantante y referente de estilo en Asia– recibe un tributo tan inesperado como emotivo: sobre el escenario, rodeado de ramos de flores confeccionados con polos Lacoste en distintos tonos de azul, su imagen fusiona el carisma escénico con el arte del vestir. Una oda al ícono más reconocible de la marca: la polo, en su versión más poética.

Con esta campaña, Lacoste no solo reafirma su lugar en el universo del lujo relajado y la elegancia deportiva, sino que también ofrece una visión renovada de sus íconos. “Juega con íconos” no es un simple eslogan: es una invitación a reinterpretar lo clásico con frescura, a vestir la herencia con irreverencia, y a encontrar en cada prenda un mito propio.

Porque cuando el estilo se convierte en narrativa, y los íconos cobran vida, el juego apenas comienza.