Moda

“Sé tú misma. Cree en ti. Rompe las reglas.” Ese es el grito de guerra —audaz, brillante y sin filtros— que vertebra la nueva campaña Otoño-Invierno 2025 de Versace, un manifiesto de libertad creativa que Donatella ha transformado en una pasarela visual con alma.
Más que una colección, es una declaración: la mujer Versace no se adapta al sistema, lo desafía. Y lo hace envuelta en malla metálica dorada, vestidos escultóricos y bolsos con el nuevo sello Vemblem que promete convertirse en ícono.
El desfile como campaña: nostalgia y presente en tensión
La campaña ha reunido a un elenco que no necesita presentación: Claudia Schiffer, Kate Moss, Kristen McMenamy, Amber Valletta, Natasha Poly, Liu Wen, Mica Argañaraz, Anok Yai… Un linaje de musas intergeneracionales que no representan una década, sino una actitud.
Vestidas con piezas que reviven los archivos más sensuales de la casa —esa malla metálica que fluye como oro líquido—, las modelos posan con elegancia desafiante. El contraste entre la arquitectura del diseño y la fluidez del tejido resume a la perfección el ADN de Versace: fuerza + deseo + libertad de ser.
“Cada colección cuenta una historia. Esta campaña es la historia de Versace: fuerza, actitud, amor y espíritu indomable”, afirma Donatella. Y sí, se nota.
Virtus: el nuevo bolso que define la era
Entre las novedades, destaca el lanzamiento del nuevo bolso Virtus, una pieza con forma semicircular y asa superior que habla del nuevo lujo táctil y reconocible. Decorado con el emblema metálico Vemblem, simboliza esa dualidad Versace que fusiona lo duro y lo suave, lo funcional y lo escultural.
La silueta es rotunda, el acabado impecable. Y como siempre con Versace, es imposible que pase desapercibido.
La imagen: poder en estado puro
El resultado visual es obra de Mert & Marcus, dupla creativa que lleva años retratando el universo Versace desde el deseo y el exceso refinado. La dirección de arte remite al glam punk de los 90 con una mirada de 2025: brillante, contrastada, poderosa.
Con estilismo de Jacob K, maquillaje de Lucia Pieroni y peluquería de Paul Hanlon, cada imagen es una postal cinematográfica que no solo vende ropa: vende energía.
Versace Otoño-Invierno 2025 no viste cuerpos, viste convicciones. Es la prueba de que la moda, cuando tiene alma, no necesita gritar: basta con entrar en una habitación (o en una campaña) y que todo cambie.
Donatella lo vuelve a hacer, no desde la nostalgia, sino desde la certeza de que el poder femenino tiene muchas formas, y todas caben en un vestido dorado con escote imposible.
*Imágenes: cortesía