Para celebrar la experiencia que inspiran las fragancias y a la mente maestra detrás de ellas, Olivier Polge, Chanel concibió una serie de cortometrajes o fashion films, iniciando con I Am An Idea como el primer capítulo, y una oda a la belleza y elegancia con el segundo denominado I Am a Nose.

El filme es uno nostálgico y en él, una mirada íntima a la infancia de Polge se revela con sus deseos de componer y escribir fórmulas con notas y acordes. Los encuadres son perfectos y se fusionan armoniosamente con el arte de crear una esencia nostálgica, en donde los elementos naturales, como árboles, plantas e incluso las calles de París, son protagonistas.

Las fragancias que son nuestra obsesión, fueron ideadas por una extraordinaria historia familiar. La trayectoria del creativo inició gracias a su padre, quien era la “nariz” de Chanel. Y aunque haya crecido en París, las esencias que remontan a su infancia están ligadas a Provence y las piedras húmedas que rodeaban la casa de sus abuelos. Además de recordar ese olor único de aceite de trementina en talleres de arte de amigos cercanos a sus padres, nos deja claro que su principal pasión siempre fue la música.

A través de un extraordinario viaje, Polge narra cómo a sus 20 años descubrió que la música y las fragancias hablan el mismo lenguaje. Y a pesar del rechazo de su padre tras compartirle sus deseos de seguir su legado, Chanel le pidió reescribir una versión contemporánea de la emblemática Nº5.

“Me había convertido en la nariz de Chanel”.

 

*IMAGEN: Cortesía de Chanel