“El retinol es un derivado de la vitamina A. Es parte de la familia de los retinoides, un término general para todo tipo de derivados de la vitamina A, tanto de venta libre como recetados. Cuando se trata del cuidado de la piel, el retinol es bien conocido como un activo antienvejecimiento muy poderoso con muchos beneficios, como favorecer la renovación celular y la capacidad de suavizar las líneas finas y arrugas, además de mejorar la textura de la piel y unificar el tono. El retinol también actúa como un exfoliante eficaz que limpia los poros en profundidad y equilibra la producción de sebo, para evitar brotes de acné”, cuenta la farmacéutica.

“El retinol penetra en las capas más profundas de la piel donde estimula la síntesis de colágeno y elastina. Al aplicar retinol en la piel, esencialmente estás enseñando a las células a regenerarse más rápido. Es posible que cuando empieces a usar este activo por primera vez, tu piel pase por un período de sequedad, enrojecimiento o descamación, hasta que la piel quede completamente retinizada. Estos “efectos secundarios” no ocurren siempre, por lo que no tienes que pensar que si a ti no te pasa es que el retinol no te está haciendo efecto. Pero si ocurrieran, ten paciencia porque suelen ser pasajeros.

“Es recomendable comenzar a usar retinol como parte de un régimen preventivo antienvejecimiento a partir de los 26-27 años, cuando la producción de colágeno y elastina y ácido hialurónico comienza a disminuir. Los efectos secundarios del retinol se discuten ampliamente tanto como sus beneficios, pero los beneficios sin duda pueden superar los “daños “, que además suelen ser pasajeros, cuando se usan adecuadamente. Los efectos secundarios conocidos del retinol incluyen irritación, enrojecimiento y sequedad de la piel. Si tienes la piel sensible, es recomendable abordar el uso de retinol con precaución, pero eso no significa que no puedas usarlo en absoluto”.

Si quieres iniciarte con el retinol este otoño o tienes la piel sensible, comienza con un producto con un porcentaje muy bajo de retinol, como por ejemplo 0,1%, un 0,2% o, incluso, un derivado del retinol, como el retinyl palmitate. Básicamente, tu piel necesita aprender a tolerar la molécula, y la mejor manera de hacerlo es comenzar lentamente y avanzar gradualmente hacia una fórmula más potente con el tiempo. Comienza aplicándolo una vez a la semana durante diez días. Si no experimentas ninguna reacción en la piel, puedes aumentar la dosis a dos veces alternas por semana durante otros diez días. Después, si tu piel responde bien, puedes aumentar la frecuencia un día sí y otro no. Tú conoces tu piel, así que tómatelo con calma y presta atención a cómo luce cada semana. Cuando hayas superado esos primeros días, podrás aplicarte el retinol todas las noches. Eso sí, recuerda aplicar protección solar de amplio espectro por la mañana (y reaplicar).

El retinol es conocido como un ingrediente fotosensible, lo que hace que la molécula de desestabilice y pierda su eficacia con la luz del sol. Por lo tanto, se recomienda usar retinol por la noche cuando la exposición a los rayos UV es menor y usar un SPF de amplio espectro al día siguiente como parte de la rutina matutina. Además, si eres principiantes no se recomienda comenzar con el retinol en verano. Esto es así porque si el retinol te irrita, y sobre esa irritación te da el sol, puede salirte una mancha o hiperpigmentación post inflamatoria. Por eso el En otoño es la mejor época para hacerlo.En cuanto a cómo aplicarlo, una pequeña cantidad de retinol en el rostro, cuello y escote (teniendo cuidado de evitar la zona del contorno ojos y labios) después de una doble limpieza. Deja que la piel absorba el retinol durante aproximadamente 15 minutos, luego aplica siempre una crema hidratante con algunos principios activos que ayude a fortalecer la barrera cutánea, como las ceramidas o la niacinamida, así como activos hidratantes, como el ácido hialurónico o el ácido poliglutámico.