CHANEL ha vuelto a deslumbrar al mundo, esta vez al ser coronada con el codiciado Grand Prix de la Haute Joaillerie, un reconocimiento que reafirma por qué es una de las casas más emblemáticas del lujo contemporáneo. En esta edición, la maison cautivó a los expertos con una pieza que destaca: el collar Sweater Prestige, perteneciente a su colección Haute Joaillerie Sport.

Elaborada en oro blanco, platino, diamantes, esmeraldas y ónix, el collar sobresale por sus once esmeraldas que suman 37.18 quilates, dejando ver el savoir-faire de la casa. Pero más allá de su valor material, el encanto del Sweater Prestige radica en su inspiración: un homenaje al espíritu deportivo de CHANEL, que desde la década de 1920 ha sabido unir la libertad de movimiento con la elegancia más absoluta. 

Gabrielle Chanel fue pionera en romper los códigos de la vestimenta tradicional femenina con un estilo más activo, y esta joya traduce esa herencia en una pieza que late con energía contemporánea.

El diseño hace referencia a las formas de una sudadera de lujo, con detalles que se asemejan a las agujetas deportivas, reinterpretados como solo CHANEL podría lograrlo. En sus líneas se mezclan el platino, los diamantes y la profundidad verde de las esmeraldas, componiendo un equilibrio perfecto.

El Grand Prix de la Haute Joaillerie, que también entrega galardones al Diseño, Patrimonio, Savoir-Faire, Piedras Preciosas, el Público y al Mejor Nuevo Talento, se ha convertido en una plataforma internacional que celebra la excelencia, la creatividad y la pasión por el arte joyero. 

Para CHANEL, este triunfo reafirma su legado y su visión de una alta joyería que se atreve a reinventarse sin perder su esencia, combinando la herencia del lujo con la frescura de la innovación.