La primavera florece en Japón no solo con cerezos y brisas suaves, sino también con el esplendor de los kimonos más exquisitos de la familia imperial. En la tradicional Fiesta del Jardín Imperial, celebrada cada primavera, las royals japonesas ofrecieron una lección magistral de estilo, tradición y refinamiento.

Encabezando la comitiva se encontraba la emperatriz Masako, cuya presencia en actos oficiales ha ido en aumento en los últimos meses. Para esta ocasión especial, eligió un delicado kimono color vainilla, adornado con motivos vegetales bordados en gris perla, acompañado de un obi —el cinturón tradicional— con patrones geométricos que añadían sobriedad y modernidad al conjunto.

Kimonos imperiales en flor
Kimonos imperiales en flor

Justo detrás, su cuñada, la princesa Kiko, desfiló con un kimono verde pastel, cuyo diseño evocaba un paisaje japonés, una elección que resaltaba tanto por su serenidad como por su sutil simbolismo estacional. Ambas royals irradiaban elegancia contenida, propia del estilo imperial nipón.

Sin embargo, fueron las princesas más jóvenes quienes captaron las miradas del público y la prensa. La princesa Aiko, hija única de los emperadores y símbolo de una nueva generación imperial, lució un kimono azul pastel con un obi que contrastaba delicadamente gracias a sus detalles rosados.

Kimonos imperiales en flor
Kimonos imperiales en flor

A su lado, su prima, la princesa Kako, optó por un tono verde con motivos vegetales, un diseño que armonizaba con el entorno primaveral del jardín.

Las cuatro royals completaron sus atuendos con el calzado tradicional japonés conocido como geta, unas sandalias de suela rígida con forma similar a una chancla, que añaden altura y elegancia al porte de quienes las usan.

Kimonos imperiales en flor
Kimonos imperiales en flor

Más allá del protocolo, esta celebración fue un ejemplo vívido de cómo la familia imperial preserva y revitaliza la estética tradicional japonesa. Cada kimono, con su diseño y color cuidadosamente elegidos, rinde homenaje no solo a la estación, sino también a la rica herencia cultural del país.

Una vez más, la primavera en Japón no solo florece en los árboles, sino también en los pliegues y colores de la tradición más noble.

*IMAGEN: Google Images