La vida de una actriz como Julia Roberts no podría pasar desapercibida ni ser simple en ningún sentido. Desde su nacimiento, la talentosa actriz está plagada de historias peculiares que la hacen ser ella y nadie más.

En torno a su cumpleaños número 55, ocurrido el 28 de octubre, Julia contó que la cuenta del hospital cuando ella nació en Georgia, Estados Unidos, en 1967, fue pagada nada más y nada menos que por los iconos de los derechos civiles Martin Luther King, Jr. y Coretta Scott King.

“Nos ayudaron”, dijo en entrevista con Gayle King para A+E Networks y HISTORYTalks de History Channel, añadiendo que las familias King y Roberts eran amigos en la década de 1960, en Atlanta.

“La familia King pagó mi cuenta del hospital”, dijo Julia. Los padres de Julia, Walter y Betty Lou, eran amigos de los King porque dirigían una escuela de teatro en Atlanta, el Taller de Actores y Escritores, que en ese momento era una de las pocas, si no es que la única, escuela dispuesta a aceptar a los niños King.

Entonces, cuando nació la pequeña Julia y los Roberts no pudieron pagar la cuenta del hospital, la familia King intervino.

“Todos se hicieron amigos y nos ayudaron a salir del apuro”, dijo la actriz.

Después, Julia Roberts se hizo amiga de Yolanda King, la mayor de los hijos de MLK, quien murió en 2007 por complicaciones relacionadas con una afección cardíaca crónica. 

Yolanda King protagonizó una obra producida por el Taller de Actores y Escritores en la que besó a un actor blanco, lo que provocó que un miembro del Ku Klux Klan (KKK) estallara un automóvil fuera del teatro.

“En los años 60, no había niños pequeños negros interactuando con niños pequeños blancos en la escuela de actuación”, señaló Gayle King. “Y los padres de Julia fueron acogedores, y creo que eso es extraordinario, y sienta las bases para quién es Julia”.

Sin duda, Julia Roberts es mucho más que solo una mujer bonita.