Simon Porte Jacquemus cerró la Semana de la Moda masculina de París con una propuesta tan inesperada como espectacular: transformar el Palacio de Versalles en una oda al campesinado chic. La colección, titulada “Le Paysan”, rindió homenaje a sus raíces familiares y al imaginario rural del sur de Francia, pero desde la sofisticación de la alta moda.

El desfile se celebró en L’Orangerie, el huerto de cítricos del rey Luis XIV, donde Jacquemus hizo florecer un universo autobiográfico que mezcló tradición, nostalgia y vanguardia.

Jacquemus reinventa lo campesino chic
Jacquemus reinventa lo campesino chic

Las primeras salidas femeninas evocaban a las campesinas provenzales: faldas voluminosas, delantales estructurados y siluetas amplias, reinterpretadas con cortes modernos y tejidos nobles.

La colección, de carácter mixto, propuso también para los hombres una feminización sutil y elegante. Vimos faldas sobre pantalones, bermudas tipo jogger elevadas con chaquetas sartoriales, boinas invertidas y camisas con aire bucólico. En palabras del propio diseñador: “una historia íntima, entre el pasado de mi familia y el presente de mi marca”.

La paleta de colores fue tan sobria como fresca: predominio del blanco y negro con toques inesperados de amarillo limón, azul cielo y rosa empolvado, que aportaron luminosidad sin romper la coherencia visual.

El front row fue digno del escenario: el actor Matthew McConaughey, el francés Pierre Niney, la cantante Aya Nakamura y el futbolista Jules Koundé aplaudieron emocionados el cierre del desfile, donde Jacquemus saludó visiblemente conmovido.

Este regreso al calendario oficial de París, tras años de presentar sus colecciones en escenarios libres como los campos de lavanda o las costas italianas, consolida a Jacquemus como uno de los grandes narradores emocionales de la moda actual.

Aunque el foco de la semana fue compartido con debuts esperados como el de Jonathan Anderson para Dior Homme y Julian Klausner en Dries Van Noten, el desfile de Jacquemus se sintió más íntimo y autoral, como un poema visual entre cítricos, encajes y memoria.

Jacquemus no solo diseñó ropa, diseñó una escena donde el pasado campesino dialoga con el lujo del presente. Y lo hizo en el lugar más aristocrático de Europa. Provocador, elegante y profundamente personal: así cierra París, y así se queda Jacquemus, en boca de todos.

*IMAGEN: Instagram @jacquemus