La reina del pop se sumó a la tendencia de los Labubus y los volvió parte de su celebración de cumpleaños número 67. Madonna compartió en redes sociales el extravagante festejo que se hizo con amigos y familia en Italia, y el peluche de aires tiernos y diabólicos claramente estuvo presente.
En un video compartido a través de Instagram, vimos a Madonna y su novio de 28 años, Akeem Morris, en un viaje por Siena, Italia, donde la cantante pasó esta celebración por un motivo especial: la carrera de caballos Palio di Senna. “Mi sueño desde siempre ha sido ver la carrera Palio de caballos que toma lugar en mi cumpleaños, agosto 16, ¡desde 1482!”. Con orígenes centenarios, la carrera de caballos más famosa de Italia; “no hay palabras para describir la emoción, el suspenso y la majestuosidad”, continuó Madonna —quien también estuvo acompañada por sus hijas e hijo—. “¡Un ritual verdaderamente sagrado al presenciar a miles de personas en un silencio absoluto antes de que comience la carrera! La carrera en sí es imposible de describir. ¡Los sueños se hacen realidad! ¡Feliz cumpleaños para mí!”.
Después de la carrera, se vio el festejo en una especie de palacio, donde hubo show de juegos artificiales y salió un enorme pastel color rosa en forma de Labubu disfrazado del icónico brassiere en picos —el corsé cónico Gaultier— que la cantante usó en 1990. En la base tenía escrita la frase “Happy birthday Madudu”.
Antes reservado a coleccionistas de juguetes de nicho o amantes del streetwear, el Labubu rompió este año en el mainstream de las celebridades. Visto colgando de bolsos Hermés o posando en el tocador, este peluche de ojos grandes y dientes desaliñados, esta pieza se convirtió en el accesorio favorito de las celebs.
Creado por el artista hongkonés-belga Kasing Lung, el Labubu forma parte de la serie The Monsters, lanzada por primera vez en 2015 y distribuida por la cadena china Pop Mart. Alcanzó su popularidad gracias a los lanzamientos en cajas sorpresa y a las revelaciones en Instagram, pero ahora —gracias a una base de fans de primer nivel— ha evolucionado en todo un fenómeno cultural.
