Moda
La premiere de Bajo un volcán reunió emoción, cine y moda, pero ninguna presencia fue tan magnética como la de Fabiola Guajardo, quien se convirtió en la protagonista indiscutible de la alfombra roja. La actriz mexicana, parte del elenco de la nueva producción dirigida por Hugo Martín Cuervo, demostró que su impacto va mucho más allá de la pantalla. Su estilo, su porte y su capacidad para dominar la escena consolidaron su lugar como una figura clave del entretenimiento latino.
La película, protagonizada por William Levy y Maggie Civantos, llegó a Netflix tras su paso por salas españolas. Grabada en Tenerife, especialmente en Garachico, narra un drama emocional atravesado por desastres naturales y decisiones que cambian destinos. Sin embargo, antes de adentrarse en la historia, el público fue recibido por la elegancia imponente de Guajardo, quien elevó la alfombra roja con un look digno de una editorial de alta moda.

Su elección fue un vestido negro de silueta ceñida, que combinaba una parte superior translúcida con cuello alto y un diseño tipo corset interno que aportaba estructura y sofisticación. El juego visual entre transparencia controlada y líneas limpias creó un equilibrio perfecto entre sensualidad y refinamiento. En la parte inferior, el vestido caía con fluidez gracias a un drapeado preciso que marcaba la cadera con una elegancia absoluta.
Los guantes largos de cuero fueron el elemento que transformó su look en un statement. Con su brillo sutil y su silueta dramática, aportaron una lectura cinematográfica y poderosa, como si Fabiola hubiera salido de una portada de moda internacional. Este detalle no solo complementó el vestido, lo elevó a otro nivel.

El maquillaje, en tonos rosados ahumados, junto con labios nude y un peinado lacio con raya al centro, reforzó la sofisticación del conjunto, permitiendo que todo el foco quedara en la armonía de su silueta. Guajardo entendió el espíritu de la noche y lo convirtió en un momento icónico.
En un evento donde el cine brilló por su narrativa, Fabiola Guajardo brilló por su presencia. Su look fue un recordatorio de que el estilo no se lleva, se encarna. Y ella lo hizo con maestría.
*IMAGEN: Cortesía