Esta semana, Catherine Deneuve subastará su colección de ropa hecha por Yves Saint Laurent. Analizamos qué hace que ese guardarropa sea tan deseado.

 

Por Eduardo Limón

Con la reciente noticia de que Catherine Deneuve subastará su colección de ropa creada por Yves Saint Laurent en el marco de la semana de la moda de Alta Costura en París, todos hemos caído en shock y las preguntas nos invaden. ¿Cómo es que la francesa liberará tan preciado guardarropa? ¿Por qué es tan históricamente codiciada esta colección, a tal grado de motivar toda una discusión en los medios?

Vayamos por partes. Primero, porque Deneuve es una institución parisina en toda su extensión; por décadas su talento y belleza fueron considerados un estandarte de la cultura en su país, además de un orgullo qué presumir en toda Europa. Pensémoslo así: el retrato de la Marianne –símbolo nacional francés que personifica a la libertad y la razón– estuvo inspirado en el rostro de la actriz durante el período de 1985 a 1989.

Por parte de Yves; bueno… las justificaciones sobran cuando hablamos del hombre que revolucionó la moda de la segunda mitad del Siglo XX. Si acaso, y en función de explicar lo que tanto conmociona con esta subasta, debemos decir que sus diseños demostraron que la ropa no sólo cuenta con una utilidad bien fija, sino que guarda un mensaje capaz de leerse y entenderse de distintas formas.

Belle de Jour, (film still), 1967.

 

Para ejemplificar esto, pensemos en Belle de Jour (Bella de día), una película dirigida por Luis Buñuel en 1967 y en la que Saint Laurent es parte fundamental del vestuario. Con la ropa del diseñador, Deneuve –protagonista– aclara escena tras escena la personalidad de su personaje: una ama de casa sexualmente insatisfecha, Séverine Serizy, quien buscando cómo cumplir sus fantasías eróticas pasa las tardes trabajando como prostituta de clase alta a espaldas de su esposo y una sociedad opresora.

Toda esa crítica a la moralidad y los deseos reprimidos que hizo Buñuel en su historia, los retrata Saint Laurent con el vestuario de la protagonista: ella viste en tonos inocentes que van del blanco al rosa pálido cuando juega su papel de abnegada esposa, y utiliza colores oscuros y texturas radicales cuando hace de prostituta clandestina. Todo sin caer en la imagen vulgar y prosaica de ese papel.

Belle de Jour, (film still), 1967.

 

Piel, sintéticos y prendas de corte militar conforman el look de Séverine para dicho propósito. Casos ejemplares son la gabardina en vinilo y el vestido school girl que se hicieron icónicos con esta película, y que demuestran las intenciones ocultas de la protagonista en su día a día hasta el desenlace de la cinta.

Con esta película entonces, queda de manifiesto que las aportaciones de Yves Saint Laurent no sólo inauguraron un episodio en la moda lleno de prêt-à-porter e innovaciones; también fueron las causantes de que el mundo entendiera cómo nuestra ropa dice incluso más que nuestra propia letra.

Belle de Jour, (film still), 1967.

 

La puja por el armario de Deneuve estará a cargo de Christie’s y se celebrará el 24 de enero de 2019. Ante dicho suceso no podemos afirmar nada, salvo que no presenciaremos una venta de lujo, pero sí la muestra de un archivo textil que cambió al planeta.