El nuevo filme que dirige Gael García Bernal indaga en los problemas sociales que vivimos día a día en México. Conoce Chicuarotes a través de su elenco.

Chicuarotes es una historia que abre un debate poco conocido sobre el amor, los extremos y la superación personal. Cagalera y Moloteco son dos jóvenes en la Ciudad de México que buscan un nuevo comienzo. La travesía los envuelve en problemáticas inimaginables que terminan en tragedia con esperanza. Gael y los protagonistas, Benny Emmanuel y Leidi Gutiérrez, nos platican sobre lo que los llevó a convertir el guión de Augusto Mendoza en una realidad cinematográfica.

Grazia: ¿Fue un reto profesional hacer esta película?

Leidi: Sí, porque es una historia muy fuerte, pero a la vez es algo que se tiene que contar, que se tiene que decir.

Benny: Desde que empecé a leer el guión, supe para dónde iba el contexto social que marcaba el entorno familiar de Cagalera. El reto personal es que la gente, cuando vea el personaje logre conectar con él. ¿Por qué habría una conexión con un tipo que puedes ver en la primera escena y odias de verdad? Porque si te metes en su contexto social, si entiendes qué es lo que vive día con día, si ves que en su universo hay una clarísima falta de empatía, no lo justificas, pero puedes ver que en su cabeza hay otra manera de salir de ahí. Un reto personal es comprender por qué este tipo toma esas decisiones.

 

G: Gael, ¿cómo conectaste con el guión para transmitirlo a los actores?

Gael García Bernal: No vieron el guión hasta cuatro días antes de filmar, pero ya habíamos hablado sobre la propiedad de los personajes con la expectativa de hacia dónde se iban a mover. Empíricamente como actores no hace falta que sepan bien de qué va la historia, es más con lo que hablamos. Es una cosa de poder armar experimentos y que esas dinámicas permeen también en la cinta, o sea la emoción, la frescura, la inocencia de los chavos. Todo eso es entrañable en la peli.

G: Es una historia que sabemos que existe, pero no la vivimos de cerca…

GGB: [Chicuarotes] Es universal. Es acerca de la narrativa establecida, la cual es escapar porque eso te va a dar la solución a tu vida. Y eso se da en todas las partes del mundo, pero estos chavos no pueden ver más allá de lo que implique más responsabilidad, otras cosas, otros detalles. La única persona que lo puede ver es Sugheili, es la única responsable, y para mí ella guarda la luz de la esperanza en todo esto, es la única que guarda un misterio. Es la chavita que imprime la solución, si es que existiera tal cosa.

 

G: Cuéntame Leidi sobre esa escena final. ¿Cómo lograste meterte en ese papel, darle ese carácter? 

L: Estuvo intenso porque Gabriel Carbajal, que interpreta a Moloteco, al final del ensayo estaba llorando. Te das cuenta de que mi mundo estaba siendo violado, el de él es “tengo que escapar” porque presentía el peligro. Es ficción, pero la situación en la que te ponen es un poco difícil porque es real para muchas mujeres.

 

G: ¿Qué te llevó a hacer el proyecto?

GGB: Una alusión un poco cursi y romántica que tiene que ver con una relación amorosa. Esto sucede en la Ciudad de México, entonces no solo detonó la curiosidad por saber qué pasa en este lugar, sino cómo resolver esto en este sitio que nadie conoce, nadie que sea chilango conoce este lugar. Fue hacer una historia del amor y de la falta de amor, una aventura, la amistad… Fue hacer la pregunta abierta sobre cuál es el origen de la violencia y cómo empatizar con los personajes, atestiguar la esperanza de la juventud. Me parece importante ver, confrontar cara a cara, que todo esto existe. No es acerca de la pobreza, no es acerca de una situación límite en cuestión material, es una situación límite sobre la falta profunda de amor.

*IMÁGENES: Cortesía Gael García Bernal/Karla Lisker/Fer Aragones