Moda

El cineasta mexicano David Pablos vive uno de los momentos más intensos y luminosos de su carrera. Mientras se prepara para estrenar su nueva película En el camino el próximo 4 de septiembre en la sección Horizontes del Festival de Cine de Venecia, cinta que también competirá en el Festival Internacional de Cine de Morelia dentro de la categoría de Largometraje mexicano, el director celebra otra noticia trascendental: ha sido invitado a formar parte de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, el exclusivo grupo que elige a los ganadores de los Premios Oscar.
“Recibí la noticia con muchísima gratitud, con mucha sorpresa también, pero sobre todo con gratitud, por el reconocimiento al trabajo, a la trayectoria y sobre todo un reconocimiento que viene de parte de un gremio, que viene de parte de colegas. Eso es muy significativo y creo que es también producto de un trabajo, de un trabajo muy arduo que ha habido durante ya varios años”, confiesa el realizador en entrevista exclusiva con Grazia México y Latinoamérica, colocándose así entre los pocos cineastas mexicanos con voz y voto en la ceremonia más influyente del cine mundial.
Para Pablos, quien ha dado vida a historias profundas como Las elegidas y El baile de los 41, este reconocimiento no es un punto de llegada, sino un punto de partida. “Quiero pensar que el hecho de tener una voz y voto dentro de la Academia puede favorecer el que se voltee a ver aún más el cine latinoamericano. En ese sentido también creo que, así como hay historias únicas, hablando específicamente de México, hay realidades que están absolutamente arraigadas a nuestro contexto. Historias que merecen ser escuchadas, miradas. Al mismo tiempo, creo que parte del ejercicio, digamos, responsable de esta posibilidad que se me da de emitir un voto, creo que esta misma responsabilidad debe ser ejercida de manera un tanto más imparcial también”, asegura.
“Creo que, como dije hace un momento, el arte trasciende fronteras, el arte habla de un contexto muy específico, pero al mismo tiempo esa especificidad se vuelve general, se vuelve universal. Por lo tanto, a nivel personal, creo que mi capacidad de votar siempre va a ser guiada por el deseo de apoyar narrativas que me parezcan únicas, visiones que me parezcan distintas, miradas que me entusiasmen, que sean propositivas, que empujen el lenguaje cinematográfico, que cuestionen y que le den al espectador espacio para imaginar y para crear parte de la narrativa audiovisual”, agrega.
La conversación con Pablos fluye hacia la fuerza de la cinematografía nacional. Cuando le pregunté qué define al cine mexicano hoy en día, respondió con una sola palabra: efervescencia. “Yo creo que México es un país efervescente. México es un país con una cultura muy fuerte, con un gran imaginario colectivo. Somos un país muy orgulloso de nuestras tradiciones, de nuestra identidad. Y eso de distintas maneras se refleja en nuestro cine, en nuestra manera de contar historias”, afirma.
“Al mismo tiempo, México es un país increíblemente diverso. Y creo que también esa diversidad se refleja en el cine nacional. A mí me emociona mucho ver la pluralidad de voces. Y me emociona mucho el ver que se toquen todo tipo de temas dentro de diversos puntos de la industria”, añade.
Sobre los temas que merecen mayor visibilidad en festivales y premiaciones, el cineasta pone especial énfasis en las narrativas LGBTQ+. “Este colectivo todavía tiene mucho campo que abordar, todavía hay pocas voces disidentes, todavía no hay muchas narrativas. Vuelvo al tema del punto de vista, es muy importante que las historias se cuenten desde ciertos puntos de vista que trascienden esta mirada hegemónica con la que hemos crecido”.
El creador, que ha transitado con soltura entre el cine y la televisión —desde sus largometrajes premiados internacionalmente hasta la dirección de series como La cabeza de Joaquín Murrieta para Amazon Prime Video— asegura que lo que lo mueve no es el formato, sino la conexión con la historia: “A mí me entusiasma contar historias. Me entusiasma conectar con algún tema, con algún contexto. Y yo siempre he tomado con el mismo rigor el filmar una película que hacer una serie. A mí si me entusiasma el proyecto, me voy a entregar a él con la misma pasión”, comparte.
“Creo que la narrativa define la forma o las necesidades dramáticas van definiendo la forma. Y para mí, aunque el cine es mi pasión y es por lo que siempre voy a apostar, no me gusta, digamos, limitarme o encasillarme. Así que me entusiasma enormemente cualquier posibilidad narrativa sea serie, película o incluso formatos más cortos. Recientemente he estado trabajando mucho el video musical y también es otro tipo de lenguaje del que he aprendido mucho y es un espacio sin lugar a dudas en donde quiero seguir explorando posibilidades de narrativas”, dice.
En un mundo donde las plataformas de streaming han transformado la forma de ver y distribuir cine, Pablos reconoce tanto las oportunidades como los desafíos: “Vivimos en una era en la que las plataformas imperan. De alguna manera las plataformas van moldeando, hay una evolución a la par del público. Se van transformando constantemente. Me parece fascinante la manera en la que ha cambiado nuestra forma de ver el cine, de consumirlo. Creo que con las plataformas vienen grandes oportunidades, pero también enormes retos. Hay una posibilidad de acceder a un público enorme. Pero eso también conlleva no solo una responsabilidad sino también el entender que la manera en la que el público consume el cine se va transformando”.
Finalmente, le pregunté que si pudiera soñar en voz alta sobre el tipo de películas que le gustaría ver reconocidas por la Academia, y Pablos no duda: “Nada me emociona más en el cine que ver a un autor con una postura clara, con un punto de vista. Un autor que se arriesgue, que estimule al espectador, que no de todo digerido en la boca, que haya una pasión, que su punto de vista sea tan original, que independientemente de lo que me esté contando, deje también en mi un deseo por desmenuzar el trabajo y verlo múltiples veces. Yo creo que una buena película nos va afectando al paso del tiempo de maneras distintas, por lo tanto creo que en las películas favoritas hay que verlas varias veces, hay que regresar a ellas, porque nos van a hablar de maneras distintas al paso de los años. Así que lo que busco es eso, un autor que me provoque, un autor que en donde yo pueda ver la necesidad, no solo el deseo, la necesidad de contar una historia y de narrar una parte importante de su realidad”.
Con su forma de pensar única y su capacidad para transformar realidades en narrativas universales, David Pablos está llevando el cine mexicano a los escenarios más prestigiosos del mundo y se ha convertido en un puente que une las voces de América Latina con la conversación cinematográfica global.