Novak Djokovic, embajador de Hublot y leyenda del tenis, hizo historia una vez más al conquistar su título número 100 en el ATP de Ginebra.

Pero esta victoria no fue solo un nuevo trofeo: fue una afirmación emocional, personal y simbólica. Lo logró a solo unos pasos de la manufactura de Hublot, rodeado de su familia, en un entorno suizo que ya considera como su segundo hogar.

Djokovic y Hublot: Tiempo de Leyenda
Djokovic y Hublot: Tiempo de Leyenda

Con 38 años recién cumplidos, Djokovic apagó velas y encendió pasiones. Su triunfo fue un testimonio de resistencia, precisión y mentalidad imparable, cualidades que también definen a la Maison Hublot. La conexión entre atleta y marca se manifestó en cada punto ganado, en cada gesto hacia su familia, y en cada mirada hacia el cielo tras levantar el trofeo.

“Novak no persigue el tiempo, lo dobla”, dijo Julien Tornare, CEO de Hublot. Esta filosofía se cristaliza en el Big Bang Unico Novak Djokovic, una pieza ultraligera y sostenible, creada a partir de sus propias raquetas y camisetas. Más que un reloj: un símbolo de legado y propósito compartido.

Djokovic y Hublot: Tiempo de Leyenda
Djokovic y Hublot: Tiempo de Leyenda

Djokovic lo expresó con claridad: “No es solo un título, es una declaración”. Esta victoria fue la suma de su espíritu competitivo y su evolución emocional.

Con la vista ya puesta en París, llega renovado, centrado y simbólicamente alineado con el tic-tac perfecto de su reloj Hublot.

La victoria en Ginebra también marcó una celebración de vínculos: el de un campeón con su familia, el de un embajador con su marca, y el de un ícono del deporte con una ciudad que lo abraza. Fue, en esencia, un nuevo comienzo. Djokovic no solo venció, redefinió lo que significa ganar.

*IMAGEN: Cortesía