Desde la corta edad de cuatro años, María Hanneman desafió los estándares musicales al nacer con un talento nato hacia el piano. Desde entonces, la edad no ha sido un limitante para ella, y hoy a sus 15 años, se ha posicionado como una de las mejores intérpretes mexicanas del momento.

Cientos de concursos ganados —nacionales e internacionales— forman parte del amplio repertorio de logros de la joven (19 premios, 7 nacionales y 12 internacionales), pero la verdadera chispa de María, radica en su perseverancia y humildad. Sin duda, un ejemplo a seguir para millones de personas no solo por su inagotable aptitud como pianista, sino también por su empoderada y apasionada mentalidad que inspira a cualquiera que la escuche.

Por eso, nos dimos a la tarea de conocer mejor a María Hanneman en una entrevista que nos reveló más acerca de su gran carrera profesional y su líndisima personalidad, te compartimos los detalles:

La gente que piensa que por ser niña no puedo hacerlo (…) la verdad no me afecta si piensan que no lo puedo hacer porque yo siento que sí y voy a trabajar mucho para demostrárselo a la gente que piensa distinto

Sabemos que tu introducción a la música fue desde muy temprana edad, pero ¿cuál fue el momento en el que supiste que el piano era más que un hobby, una pasión para ti?

Desde que empecé a tomar clases de piano, al principio lo veía como un juego pero desde que gané mi primer concurso, fui yendo a festivales, entré al conservatorio y ahí sí lo vi más real. Fue como a los seis o siete años que lo vi ya más profesional.

¿Qué sentimientos predominan en ti cuando tocas el piano? ¿Cuál es la diferencia entre María en un día normal y María tocando el piano? 

Son muchos sentimientos. Si ensayo sola estoy muy tranquila pero si estoy dando un concierto y hay mucho público es una vibra muy diferente; es muy padre porque la gente te está escuchando y sientes cómo les está gustando.

Pasan muchas cosas por mi cabeza: me tengo que concentrar mucho en lo que tengo que hacer, hay cariño por el piano, compromiso con el compositor —de lo que escribió y tengo que interpretar— entonces, son muchas cosas, la verdad.

Has deleitado a muchísimos países con tu talento, convirtiéndote en una representante del país excepcional. ¿Tienes alguna presentación favorita? Si sí, ¿cuál es?

Sí, sí tengo. Una de ellas fue cuando toqué aquí en México en la Sala Manuel M. Ponce en Bellas Artes, fue un sueño hecho realidad poder tocar en Bellas Artes. Otro, cuando toqué en el Carnegie Hall en Nueva York, fue un concurso y fue increíble porque ahí ha tocado gente que admiro demasiado. Otro más, fue en el Mozarteum en Salzburgo, una experiencia inolvidable.

Y, platícanos: ¿cuáles han sido los obstáculos que has tenido que enfrentar durante este trayecto?

Hay varios. Por ejemplo, la gente que piensa que por ser niña no puedo hacerlo; han pasado mucho este tipo de cosas pero la verdad no me afecta si piensan que no lo puedo hacer porque yo siento que sí y voy a trabajar mucho para demostrárselo a la gente que piensa distinto.

Muchos también piensan que he sacrificado cosas y no he sacrificado nada. Lo que hago me encanta y no renuncio nada al hacerlo. 

¿Cómo te has adaptado en la pandemia?, ¿te gusta más la comodidad de las presentaciones en línea o extrañas viajar y hacerlo presencial?

Extraño mucho todo lo presencial, ver todo el lugar lleno y toda la gente normal sin el cubrebocas y estar yo sin él, pues ha sido muy difícil e incómodo tocar pero he tratado de sacarle partido a la pandemia. He estudiado muchísimo para seguir mejorando, he tomado todas mis clases y aunque a veces ha habido días que digo “ya me harté”, sigo estudiando para lo que sigue y he descubierto cosas que me gustan y no sabía que me gustaban.

Los conciertos en línea son complicados porque a veces se va la conexión o se corta. Es muy raro y no me acabo de acostumbrar.

¿Qué hobbies has descubierto ahora en la pandemia?

Me gusta mucho pintar, antes pintaba pero no tanto como ahora. Me gusta mucho cocinar postres, he tomado cursos de Historia de la Ópera y me encanta. Me pinto mucho las uñas y me maquillo mucho. También, descubrí a otro compositor que ahora se volvió otro de mis favoritos: Chopin.

 

Además de su amor y dedicación por la música, es embajadora de la Fundación Sempiterno que ayuda a cambiar la vida de comunidades que viven en pobreza extrema en Oaxaca, y entre sus objetivos está dedicar su carrera a promover que más niños persigan sus sueños.

Como mencioné antes, eres todo un ejemplo para ésta y todas las generaciones de pianistas mexicanos. ¿Cómo consideras que es la enseñanza musical en México?

Hay dos cosas. Si es buena pero en las escuelas normales hace falta, mientras que en las escuelas de música es mejor porque te enseñan a ser un buen músico y a cómo dedicarse a eso. Hay muchas escuelas estatales muy buenas y con grandes maestros.

Nos encanta que alces tu voz e impulses a muchísimas personas en México con talento a seguir sus sueños: ¿cuál sería el mejor consejo que le dirías a alguien que se muere por empezar a tocar el piano pero no sabe ni por dónde empezar?

Que no tenga miedo, no tiene por qué tenerlo. Al final es algo que él o ella quiere hacer y que le va a gustar mucho y va a disfrutar. Nadie puede obligarte a hacer algo que no quieres porque si no, no lo vas a hacer bien. 

También, el apoyo de la familia es muy importante. Le recomendaría que busque escuelas en donde sienta que puede mejorar, casi todas son gratis y ahora hay muchas cosas en línea sin costo que puede aprovechar. 

¡Recuerda bien su nombre! Pues María Hanneman seguirá creciendo y representando con orgullo nuestro país y estamos más que listas para seguirle la pista.

Si quieres verla en acción, aquí te dejamos uno de sus últimos vídeos.

*IMÁGENES: cortesía Maria Hanneman