La colección de alta costura de Balenciaga para el otoño de 2024, la cuarta bajo la dirección creativa de Demna, marcó un hito con su enfoque subversivo hacia la moda de alta gama.

En lugar de adherirse a la formalidad tradicional y las siluetas típicas, Demna incorporó elementos de su propio repertorio, fusionando las características clásicas de Cristóbal Balenciaga con materiales y texturas contemporáneas.

Demna revivió las mangas tres cuartos, las formas de capullo y los elaborados sombreros característicos de Balenciaga, pero utilizando materiales modernos como mezclilla, cuero, ropa deportiva y prendas exteriores técnicas.

La sudadera con capucha y el neopreno satinado también jugaron un papel crucial en la creación de sus formas esculpidas. El desfile abrió con una combinación que capturó la esencia de esta fusión: una camiseta gris de gran tamaño y unos vaqueros descoloridos y holgados que parecían una chaqueta atada a la cintura, complementados con un sombrero tipo platillo.

Este conjunto, que podría denominarse “Demnaiaga”, estableció el tono para una colección que desafió las normas de la alta costura.

Una chaqueta acolchada negra, un chándal gris y una camisa de leñador fueron reimaginados con mangas curvas y fruncidos permanentes, combinados con sombreros de copa y botas de bruja.

“Es importante introducir estas texturas en la alta costura”, afirmó Demna. “No se trata solo de satén y tul, sino de otros materiales que deben formar parte del vocabulario de la alta costura”.

A medida que el desfile avanzaba, las piezas se volvieron más elegantes y tradicionales en sus siluetas, pero seguían desafiando las expectativas con parches de mezclilla y parkas coloridas.

Un vestido columna estaba hecho de bolsas de plástico derretidas, con códigos de barras visibles, mientras que otro modelo sin tirantes se confeccionó con papel de aluminio dorado, cuestionando la percepción del valor en la moda.

El uso de materiales inusuales no se limitó a lo estético, sino que invitó a reflexionar sobre por qué ciertos elementos se consideran preciosos. Un vestido de cuero flocado, descrito por Demna como una “exhibición de joyería ponible”, incorporó un collar de 1960 de Cristóbal Balenciaga, resaltando el respeto por la herencia de la casa.

El look final, una masa arremolinada de nailon negro, evocaba el preciado gazar de Cristóbal. Esta pieza única, creada justo antes del desfile, representaba una “alta costura efímera” y venía con un equipo de Balenciaga para su montaje personalizado.

Afuera, en la Avenue George V, un estilista reflexionó si esta creación simbolizaba la purga de pensamientos negativos después de una meditación productiva, una interpretación abierta a la imaginación, reflejando la audacia y la innovación de Demna en su enfoque de la alta costura.

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