Moda
Un pensamiento fascinante, sumergirse en nuevos mundos y dejarse abrazar por el arte y la tecnología es un espectáculo que no se puede olvidar jamás, y más si detrás están grandes marcas exponentes de lujo y el savoir faire internacional como Audemars Piguet. Más allá de los sentidos humanos y de la tecnología digital, Ikeda busca llevar al espectador a nuevos destinos a través de sonidos e imágenes digitales. Una obra ideada y realizada por The Vinyl Factory x Fact, con con quien el artista colabora desde hace cinco años, es una función en la que se expondrán las tres obras de la serie Data-Verse 1, Data-Verse 2 y concluyendo con Data-Verse 3 en 180 The Strand, Londres.
Dentro de esta fantástica función, las tres obras de la serie estarán juntas llevándonos a un viaje atmosférico lleno de movimiento, dinámicas digitales y universos que podremos apreciar a través de la vista del artista, tal y como lo imaginó.
Este gran proyecto nos muestra un proceso en el que Ikeda explora las características puras del sonido y la luz en un plano donde la precisión matemática y la estética son un factor determinante llevando al espectador a un desafiante laberinto sensorial de 180 estudios imaginado por Ikeda como una inspección subterránea de sonido y luz.
Ikeda alcanza dar un paso más al no dejar esta obra en algo meramente conceptual, sino que explota la exhibición en extremos e infinitos delimitando los avances más frescos y nuevos en entendimiento digital.
Toda la exposición se basa en gran medida en la experiencia física, no solo en el contenido intelectual. Comienza con trabajos que brindan experiencias intensas y muy simples, y luego los trabajos se vuelven más complicados, como las proyecciones orientadas a datos como data-verse (Ryoji Ikeda)
Libros, CDs, actuaciones en vivo, experiencias auditivas y visuales son un proceso por el que el artista ha descubierto una esencia propia sin miedo ni límites adaptándose a la multiplicidad de las formas. Si es verdad, el salir de nuestros ideales de arte, es poder aprender a sentir el arte de una manera en la que se pueda vivir, comenzando por el movimiento global que se enfoca en el trabajo sumergido dentro de este mismo, empujando nuestros sentidos y preguntándonos a nosotros mismos sobre el universo y nuestro lugar en el.
