Las mujeres en Afganistán están viviendo cambios radicales y no precisamente para bien. Luego de haber ganado derechos sociales, civiles y económicos en las dos últimas décadas, ahora están en riesgo de perderlos como consecuencia de la retirada de las tropas estadounidenses del territorio del país medio oriental, pues a pocos días de esta decisión por parte del gobierno de Joe Biden, ya se están experimentando cambios importantes.

primero te ponemos en contexto

Las tropas estadounidenses llegaron a Afganistán días después del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001, que provocó la muerte de miles de personas después de que un par de aviones comerciales se estrellaran en las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York.

El atentado comenzó una guerra contra el Talibán en Afganistán, un movimiento que ellos mismos denominan como “Emirato Islámico de Afganistán”, que forma parte de una “política fundamentalista islámica sunní del país, que mantiene conflictos armados dentro de su propio territorio”.

En aquel momento el líder talibán era Osama bin Laden, quien se adjudicó el atentado del World Trade Center de Estados Unidos, por lo que la guerra declarada fue contra él y los talibanes. 

Como toda guerra, muchas personas perdieron la vida diariamente en medio de los conflictos armados y, eventualmente, se transformó también en una guerra económica por los derechos del petróleo, pero la presencia de Estados Unidos en Afganistán trajo derechos civiles, políticos y económicos para varias personas, incluídas las mujeres.

¿Por qué ahora?

A pesar de que bin Laden murió durante una acción militar de E.U.A en mayo de 2011, la invasión continuó por otros 10 años, hasta hace unos días que el presidente Joe Biden ordenó la retirada de sus tropas de ese país, con el argumento de poner fin a una guerra de 20 años, una guerra que “nunca estuvo destinada a construir una nación o crear una democracia central unificada, sino que estaba diseñada para prevenir un ataque terrorista en suelo estadounidense”.

Los estadounidenses no pueden ni deben luchar o morir en una guerra en la que los afganos no están dispuestos a luchar por sí mismos. No pasaré esta responsabilidad a un quinto presidente. Estoy profundamente entristecido por los hechos que enfrentamos ahora, pero no lamento mi decisión de poner fin a la guerra de E.U.A. en Afganistán“, dijo Biden al respecto.

La decisión provocó que, de inmediato, el presidente Ashraf Ghani Ahmadzai abandonara el país y cayera su gobierno, dejando caos social y el paso libre al Talibán, que ya tomó poder de Kabul, capital del país, y de algunas otras ciudades principales.

Todos los afganos que no pertenecen al movimiento islámico están intentando salir del país como les sea posible. Varios de ellos lograron hacerlo en los aviones militares de Estados Unidos, y muchos otros están tratando de librar las fronteras contiguas, pero la gran mayoría no logrará salir del país, quedando bajo el yugo Talibán.

Entre las consecuencias que ya están sufriendo las mujeres que siguen en el país, están la falta de derecho a decidir por sí mismas y la obligación de quedarse en casa. Por ejemplo, los principales canales de televisión del país están transmitiendo la llegada del Talibán al poder, pero ha sido notable la ausencia de las conductoras que trabajaban en las cadenas de televisión, o han aparecido de pronto tapadas de cabeza y cuerpo, como lo indica el Islam.

Tampoco pueden utilizar maquillaje o productos de belleza y moda, por lo que toda la publicidad de estos productos que estaba disponible en el país, está siendo retirada o tapada con pintura. “Hay muchas restricciones ahora. Cuando salgo, tengo que llevar la burka como me lo ordenan los talibanes, y un hombre me tiene que acompañar”, dijo a la BBC una partera del distrito rural Ishkamish.

El grupo fundamentalista gobernó Afganistán durante cinco años de 1996 a 2001. Durante ese tiempo, prohibió a las niñas una educación, a las mujeres el derecho a trabajar, y ninguna podía salir de sus hogares sin un pariente masculino que las acompañara. Los talibanes también llevaron a cabo ejecuciones públicas y apedrearon a mujeres acusadas de adulterio.

Ahora, están regresando a lo mismo. Se reporta que en Herat, una ciudad con fuerte influencia persa, los talibanes están rechazando a las mujeres que acuden a las oficinas e incluso negando su entrada en la Universidad, a pesar de que constituyen el 60% de la matrícula.

“Tenía muchos planes para mi futuro, pero ahora no puedo ir al trabajo ni a la universidad. No sé cómo será nuestro futuro. Esto me ha hecho perder la esperanza. Estoy buscando una manera de salir de Afganistán porque no hay esperanza para las mujeres”, dijo una joven a la BBC bajo un testimonio anónimo.

“Siento que somos como un pájaro que hace un nido para ganarse la vida y se pasa todo el tiempo construyéndolo, pero luego, de repente y sin poder hacer nada, observa cómo otros lo destruyen”, dijo a la agencia de noticias AP, Zarmina Kakar, una activista por los derechos de las mujeres en Kabul.

Los testimonios como este, no paran en todos los medios de comunicación del mundo que están cubriendo la noticia. “Aunque los talibanes han dicho que no hay nada qué temer, las mujeres no lo creemos”, dijo entre lágrimas la cineasta Sahraa Karimi en un video para la agencia EFE. “Todavía no puedo creer que esto haya sucedido. Por favor, recen por nosotros. Se los vuelvo a pedir: gente de este gran mundo, por favor, no se queden callados, vienen a matarnos”.

Esta situación es muy compleja de entender para las mujeres que vivimos en occidente. Te recomendamos ver la cinta animada The Breadwinner, pues aborda precisamente estas condiciones que están renaciendo para las mujeres.

“Parvana, una joven niña afgana que vive bajo el régimen talibán, debe cuidar de su familia cuando su padre es encarcelado injustamente”, dice la sinopsis de la película de 2017 basada en la novela de Deborah Ellis y producida por la actriz y activista Angelina Jolie.

¡Solidaridad y empatía con todas estas mujeres!

*IMAGEN: Instagram Grazia UK