Moda
Con un tributo a los suburbios de los setenta, Anya Hindmarch SS18 exhibe una colección con toques de Miuccia Prada y melancolía por la clausura de Colette.
Para Anya Hindmarch –quien cumple dos años consecutivos creando ready-to-wear– la nostalgia de la década de los setenta fue referente para su colección SS18.
Una perfecta conjugación de estampados que nos recordó los comienzos de la diseñadora; quien incursionó en la industria con accesorios y que para su entrega “Absurbia”, dieron un toque muy particular.
Durante las últimas temporadas, los suburbios han sido fuente de inspiración. Particularmente, el estilo de la gente que los habita —y habitaron— y sus escenas cotidianas.
Anya decidió glorificarlos con siluetas que nos recuerdan a la época de Twiggy.
Para los estampados, la nacida en Maldon, Essex recurrió a la tradicional técnica inglesa “Anaglypta”, grabando casi todas las prendas en tonalidades tenues.
Curiosamente, en esta entrega percibimos una fuerte conexión entre Prada y Anya.
El trech coat de plástico es similar a aquel que la firma develó circa 2002, mientras que las decoraciones esponjosas en los cuellos y la combinación psicodélica de color que definen a la firma italiana, se hicieron presentes.
Adentrada en la melancolía, rindió tributo a la concept store francesa, Colette. Misma que abrió sus puertas en 1997 y que las cerrará a final de año.
El spot parisino se convirtió en incubadora de arte, cultura y moda y cuenta con una colaboración en conjunto dentro de su historia.
En su momento, sus aclamados y creativos diseños de Kellogg’s tapizaron el 213 de Rue Saint-Honoré.
Para la inglesa, hacer accesorios es innato. Sus nuevas piezas fueron concebidas a partir de la obra de algunos artistas como Erwin Wurm.
Con bolsos acolchados y en siluetas vintage, estos fueron sin lugar a duda la cereza del pastel.
