The Princess Diaries, o El diario de la princesa en español, es el filme que nos hizo soñar en convertirnos en princesas de la nada. Basado en la novela homónima por Meg Cabot, la película de Disney puso en la pantalla grande a dos talentos innatos de Hollywood; uno, la leyenda Julie Andrews como la reina Clarisse, y el segundo Anne Hathaway, quien hizo su debut estelar como Mia Thermopolis Renaldi.

Todos nos conocemos la historia (raro que no hayas visto el filme si eres millennial), y estamos de acuerdo que es una declaración feminista. En las lecciones de Mia Thermopolis por convertirse en la heredera digna al trono de Genovia, Clarisse Renaldi le da una pila de libros a leer (alrededor del minuto 46). Todos son un guiño al movimiento basado en los clásicos de las escritoras que cimentaron los principios sufragistas con historias desafiantes. Pareciera que la reina quiere sembrarle a su nieta la independencia que, aunque es un cuento de hadas, no se atiene a la típica historia de un príncipe en busca de su princesa para concluir en un happily ever after.

El discurso fue llevado a la secuela, en la que Mia convence al parlamento del reino de Genovia en coronarse como monarca sin la necesidad de escoger a un esposo. Quizá fueron las tres lecturas que la reina Clarisse le obsequió a la princesa Mia las que establecieron y forjaron sus valores autónomos. Repasamos cada una de ellas:

Emma por Jane Austen

Clueless, el filme de culto noventero, está inspirado en esta obra de Austen publicada a principios del siglo XIX. Emma es una joven mimada de clase alta que quiere dejar el matrimonio a un lado por enfocarse en la vida de los demás, literalmente. Sin embargo, su afán por ayudar a Harriet Smith a escalar la pirámide social “casando bien”, y jugar el papel de celestina, la lleva a enredarse en una serie de líos que claro, terminan en una reflexión personal.

Pride and Prejudice por Jane Austen

Otra de las novelas clásicas de Jane Austen, Orgullo y prejuicio. El libro que fue llevado a la pantalla grande por el cineasta John Wright, es una perfecta historia romántica del siglo XIX que toca los puntos más irónicos de la sociedad y que hoy son parte de la conversación feminista. ¿Por qué una mujer necesita del sexo masculino para heredar el patrimonio familiar? O, peor tantito, ¿por qué necesita de un hombre para ser alguien? Pero claro, al final el amor triunfa.

A Room of One’s Own por Virgina Woolf

Son dos ensayos en los que la aclamada escritora, Virginia Woolf, toca temas muy radicales para la primera mitad del siglo XX —excluyendo la ola de flappers que se apoderaron de los años veinte. Este, en particular, es una obra maestra sobre la opresión intelectual de las mujeres simplemente por su sexo. Se alinea como una crítica al machismo eterno y abre un discurso sobre el talento innato que las mujeres poseen.

*IMÁGENES: Film Still The Princess Diaries/Cortesía