Moda

Hablar de bolsos no es discutir sobre un simple accesorio. Al igual que los zapatos, un bolso eleva cualquier outfit sin importar lo simple que sea. A lo largo de la historia las firmas y maisons más lujosas han ideado su propia versión de lo que es un it bag. Y aunque muchos quedaron como íconos de una temporada solamente, hay otros que perduran como accesorios de culto.
Un bolso emblemático no solo se adapta al momento en que es presentado, sino que trasciende. Seguro piensas en los dos modelos insignia de Hermès, Birkin y Kelly, o el flap bag de Chanel. Pero hay otros que también llevan la etiqueta de clásicos y no te habías percatado.
Flap Bag y 2.55 de Chanel
En 1955, la aclamada couturier Coco Chanel introdujo un bolso fuera de lo ordinario y despegado de la estética “formal”; el 2.55. El accesorio en cuestión sobresalía por su innovación estética: cuero acolchado y el asa una cadena con piel entrelazada. La gama inicial fue neutra en color: beige, negro, azul marino y café. Fue con Karl Lagerfeld que el bolso comenzó a teñirse en los colores de la temporada y nació una nueva iteración ahora conocida como flap bag. Aunque muchos crean que hablar del 2.55 y el flap bag es lo mismo, en realidad ambas tienen distintivos. El bolso 2.55 —su nombre es una alusión al mes y año que se concibió, febrero de 1955— es un tanto más cuadrado, el asa solo constituye una cadena y el broche, denominado Mademoiselle lock, es exactamente el que diseñó la couturier para el primer modelo. El flap bag, por el otro lado, incluye el asa con el cuero entrelazado y el “CC” en el broche.
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Kelly de Hermès
El icónico bolso nombrado en honor a la princesa de Mónaco, Grace Kelly, fue en realidad concebido a finales del siglo XIX. Primero denominado como Haut à Courroies, de acuerdo con The Berg Companion to Fashion, el accesorio era más grande y su función principal era para cargar una silla de montar. En los años treinta, el bolso tuvo éxito pues se convirtió en uno de mano que rompía drásticamente con la popular silueta de aquella década —el clutch. Sin embargo, no fue hasta 1956 cuando la esposa del príncipe Raniero apareció en la portada de Life con el bolso cubriendo su vientre para evitar levantar rumores sobre un embarazo real, lo que desató un deseo colectivo por tenerlo. Hoy, solo es posible obtener un Kelly con paciencia al apuntarse en la lista de espera, además de que tendrás que tener un historial de compra en Hermès para ser candidata. Cada uno es meticulosamente ensamblado en los talleres de la casa parisina por artesanos calificados.
Birkin de Hermès
Aunque la historia del Kelly de Hermès comenzó antes de que la princesa lo llevara y fuera congelada por los paparazzi en los cincuenta, el icónico bolso Birkin nació con una plática en un avión entre la actriz inglesa Jane Birkin y Jean-Louis Dumas. Jane era conocida por llevar su basket bag a todos lados; sin embargo fue con en esta plática que la estrella manifestó su bolso de ensueño y Dumas hizo un boceto sobre una bolsa de mareo. Tres años después, el bolso inspirado en un maletín de 1963 de la maison, fue lanzado. Toma aproximadamente 48 horas hacer uno y ahora solo existen alrededor de 200,000 Birkins. Aunque no causó sensación cuando fue presentado, la década de los noventa y los aughts, fueron clave para convertirse en un ícono. Además de Jane Birkin, una de las celebridades que constantemente es asociada con el bolso es Victoria Beckham.
Speedy de Louis Vuitton
El bolso Speedy de Louis Vuitton es una versión miniatura de la maleta Keepall, creado en la década de los treinta como una alternativa funcional para viajar. Siendo cómoda y sofisticada, la maison presentó su primer bolso con la iteración “miniatura” de la maleta, denominado Speedy. En 1965, Audrey Hepburn pidió a Louis Vuitton crear una versión pequeña del lanzamiento, lo que resultó en el Speedy 25 —cinco centímetros más chico que el original. Para Hepburn, que fue fotografiada llevando el bolso con el mítico monograma Vuitton a todos los rincones del mundo, era un toque casual y cosmopolita con las dimensiones exactas. Un dato curioso: en Seúl el Speedy tiene como sobrenombre “three-second bag” porque ahí cada tres segundos puedes ver pasar a una persona portándolo en el antebrazo.
Jackie Bag de Gucci
Cuando hablamos de musas, Jacqueline Kennedy está en la lista. No solo fue su estilo lo que dejó marcada la historia, sino los accesorios que convirtió en clásicos —prueba de ello es el pillbox hat. Pero si nos referimos a los bolsos que llevó a lo largo de su vida, hay uno que quedó en la historia con su nombre. Se trata de un modelo hobo Gucci lanzado en la década de los cincuenta como Constance. Luego de dejar su vida en la Casa Blanca tras el asesinato de su esposo John F. Kennedy, Jackie Kennedy se mudó a Nueva York para iniciar una nueva vida. El archivo fotográfico que existe de ella rondando por las calles de la Gran Manzana, proclama el modelo como su favorito. Tras ser renombrado Jackie, el bolso regresó con Tom Ford en 1999 y diez años más tarde Frida Gianinni presento The New Jackie.
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Lady Dior de Dior
El bolso de una princesa, literalmente. El Lady Dior nació en 1995, luego de que la Primera Dama de Francia de aquel entonces, Bernadette Chirac, obsequió un bolso Christian Dior presentado en 1994 a la princesa Diana en una visita oficial. Acolchada y simulando el pespunte Cannage inspirado en las sillas de Napoleón III que fueron parte del primer desfile del couturier en 1947, el bolso se convirtió en el favorito de Lady Di y ordenó uno en distintos colores. Tras usarlo en numerosas ocasiones, incluyendo una visita oficial a Argentina y la gala del Met en 1995, la maison decidió nombrarlo Lady Dior en honor a la madre de Prince William y Prince Harry. Una de las mentes brillantes detrás del accesorio es Sidney Toledano, quien se incorporó a la casa como director de artículos de cuero para iniciar su exitosa carrera en el conglomerado LVMH.
Baguette de Fendi
Todos recordamos aquel episodio de Sex and the City en el que Carrie Bradshaw, interpretada por Sarah Jessica Parker, es asaltada en las calles de Nueva York y ella defiende su bolso Fendi —“It’s a Baguette”, declaraba una Carrie en pánico. Inspirado en una baguette llevada bajo el brazo, literalmente, el bolso ícono fue concebido en 1997 por Silvia Venturini Fendi. Presentado en un sinfín de bordados, colores y texturas —la de Bradshaw era en lentejuelas moradas pero también lo tenía en otras presentaciones—, el Baguette es a menudo acreditado como el primer it bag de todos los tiempos. No solo es el diseño lo que le otorga distinción, sino el logo de la doble “F”, fun fur, en el broche. Tiene un libro que documenta hasta las más alocadas iteraciones del emblemático modelo. Además es una celebración del savoir faire de la excelentísima casa de moda italiana.
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Editora María José Gonzálvez