El equipo de Grazia México se solidariza con México como un todo. Que se ama, se cuida y que no se va a dejar caer, ahora menos que nunca.

¿Cómo se viven todos los días que le siguen a una catástrofe? Con resignación, con resiliencia.

Esa palabra que se ha puesto tan de moda y que se refiere a superar circunstancias extremas, como la muerte o un evento traumático, sí, como un terremoto.

En México, somos realmente peculiares. Hay muchas situaciones que nos pasan en las cuales desafortunadamente, gana la apatía y nos cegamos ante caminos que tal vez se pudieran abrir, o ante el tráfico cotidiano donde somos incapaces de cederle el paso a otro auto o a un peatón o la fila donde “hábilmente” nos colamos para no pasar horas formados.

Eso jamás, jamás se daría en una tragedia.

 

Lo hemos demostrado no sólo el 7 de septiembre o el 19 de septiembre, lo hemos demostrado siempre. Hace 32 años no fue diferente.

Tal vez la única diferencia sean las redes sociales que mucho han ayudado no sólo a difundir centros de acopio, o lugares donde se necesita ayuda. Han sido tan relevantes que hasta han servido para rescatar a quienes bajo los escombros emiten una llamada, un mensaje, una señal.

Porras, cantar el “Cielito Lindo”, entonar el Himno Nacional, el famoso “sí se puede”

Son muchas las frases y canciones que nos unen ante una tragedia que no es de los demás, sino nuestra.

Nos la apropiamos y no medimos ni el tiempo, ni el dinero, ni el esfuerzo que nos tome invertir. No ha importado ni el género, ni la edad; todo por saber que ayudamos, que existe la esperanza de salvarle la vida a alguien.

 

El tiempo que sucede al hecho es clave, pues al paso del segundero, se salvan o extinguen vidas.

Los mexicanos hemos demostrado que podemos unirnos, no para quitar piedras, sino para reconstruir un país.

Quienes partieron, tenemos la esperanza de que estén en un lugar mejor. Quienes nos quedamos, no sólo es seguir ayudando aquí y ahora; es pensar en el mañana, cuando los ojos ya no estén en quienes perdieron todo sino en la normalidad de la agenda.

Será allí donde esta fuerza no podrá colapsar y deberá seguir organizada. Brindando ese coraje, ese empeño porque todos estemos bien, en un país que lo sigue teniendo todo y donde lo más valioso, sin duda, es su gente.

 

¡Fuerza, México!