Moda
Cuando la princesa de Gales Kate Middleton entró en el salón de banquetes del castillo de Windsor, el ambiente cambió de inmediato. Cada mirada se dirigió hacia ella.
No fue solo su vestido azul bordado con pedrería de Jenny Packham lo que capturó la atención, sino la inesperada y magnífica aparición de la tiara Oriental Circlet, una de las piezas más legendarias y cargadas de historia de la colección real británica. Esta elección marcó un momento especial para los observadores de la realeza y para quienes siguen la evolución estilística de Kate. Ahora te invitamos a analizar conmigo cada detalle y compartir tu opinión al final.

La tiara, creada en 1853 por los joyeros Garrard bajo un diseño del príncipe Alberto como regalo para la reina Victoria, encierra una historia fascinante. Con aproximadamente 2 mil 600 diamantes y ópalos, su inspiración proviene de motivos orientales como la arquitectura mogol y las flores de loto. Sin embargo, su trayectoria no fue sencilla.
Tras la muerte prematura del príncipe Alberto en 1858, Victoria dejó de usar joyas coloridas mientras guardaba luto, lo que relegó la tiara a las vitrinas reales.
A partir de entonces, la pieza quedó destinada a las futuras reinas. La reina Alexandra fue la siguiente en lucirla aunque solo una vez. Encontró supersticioso el uso de ópalos y los reemplazó por rubíes procedentes de un regalo diplomático del rey de Nepal. Esto redefinió la apariencia de la tiara y marcó su identidad para las generaciones venideras.

Lo verdaderamente sorprendente es que Kate Middleton es ahora una de las muy pocas mujeres en la historia de la monarquía británica que ha llevado la Oriental Circlet. De hecho, el gesto adquiere mayor significado al considerar que la reina Isabel II solo la utilizó una vez y que fue la reina madre quien disfrutó de ella con mayor frecuencia.
Para Kate, que suele recurrir a la tiara Lovers Knot o a piezas discretas como la Flor de Loto o la Rosa de Strathmore, esta elección representa un guiño a la tradición y un reconocimiento profundo de la historia que encarna el joyero real.
La reactivación de esta joya poderosa añade una nueva capa al estilo de la princesa de Gales. Su capacidad para equilibrar narrativa histórica, elegancia moderna y simbolismo cultural la consolida como una heredera natural del lenguaje visual de la realeza. Ahora te toca a ti. ¿Crees que Kate debería seguir explorando piezas poco vistas de la colección real?
*IMAGEN: Google Images