Esta temporada, las tousled waves se posicionan como el estilo de ondas que marcará la pauta. Su fortaleza está en una estructura que combina movimiento, control y un acabado que acompaña con naturalidad la forma del rostro. No son rizos marcados ni de ondas rígidas, son un patrón ligeramente irregular que aporta dinamismo. Para muchas mujeres, este tipo de onda ofrece un punto medio entre el lacio absoluto y el volumen abundante.

El interés creciente por este estilo responde a una búsqueda de texturas que se integren a diferentes largos y cortes. Las tousled waves funcionan con melenas medias, largas e incluso con estilos tipo clavicut, ya que permiten modular el movimiento según la densidad del cabello. Además, favorecen a distintos tipos de cabello, desde un cabello delgado que necesita estructura hasta uno más grueso que requiere suavizar su caída.

Para conseguir este acabado en casa, los estilistas sugieren trabajar el cabello en secciones amplias, usando temperatura moderada para no saturar la fibra capilar. El objetivo es curvar, no marcar. Una plancha de tamaño mediano o una tenaza con cañón ancho suelen ser suficientes. Al finalizar, se recomienda deshacer ligeramente las ondas con los dedos o con un cepillo de cerdas suaves para darles cohesión. El uso de un producto ligero de fijación ayuda a mantener la forma sin rigidizar el peinado, especialmente en climas variables como los de varias ciudades mexicanas.

Las tousled waves encajan con un momento en el que buscamos estilos versátiles que se adapten a múltiples escenarios. Son ondas que pueden acompañar un look de oficina, un encuentro social o un evento nocturno sin necesidad de grandes ajustes. Su flexibilidad es lo que las proyecta como una tendencia sólida para los próximos meses.

De esta manera, este tipo de onda ofrece una alternativa equilibrada entre técnica y uso cotidiano. Representan una tendencia que no exige transformaciones radicales y que permite resaltar la textura natural del cabello con un enfoque profesional y contemporáneo.