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Fue a principios del mes pasado, el miércoles 1 de octubre, que el instituto Jane Goodall anunció el fallecimiento en California de su fundadora, durante una gira de conferencias en Estados Unidos. Tenía 91 años.
Y hace un par de días, el 12 de noviembre, se le realizó un homenaje fúnebre en la Catedral Nacional de Washington al que acudieron grandes representantes de la ciencia y personalidades que estuvieron relacionados con ella.
Leonardo DiCaprio fue uno de ellos, quien dedicó unas conmovedoras palabras que leyó frente a todos los asistentes.”La mayoría la conocía como Jane Goodall, el ícono, la leyenda. Pero la Jane que tuve la fortuna de conocer era amable, curiosa, divertida, ingeniosa y absolutamente imparable.Tenía la capacidad de iluminar una habitación con sus historias e inspirar a todos los que conocía a creer que, individualmente, podían mejorar”, dijo el actor.
También recordó haber pasado tiempo con ella en conferencias y en casa de amigos, donde solían “acabar acurrucados en un rincón hablando sobre biodiversidad, política y sus esperanzas para las futuras generaciones”.
Uno de los recuerdos más preciados de DiCaprio ocurrió cuando se tomó una foto con ella por primera vez.”Miré directamente a la cámara. Cuando miré a mi izquierda, Jane me estaba mirando fijamente”, compartió.

Cuando DiCaprio le preguntó a Goodall por el ángulo que había elegido, ella le dijo que así era como prefería posar para las fotografías. “Porque para ella, nunca se trató de la imagen en sí. Se trató de esa conexión compartida. Y ese pequeño momento me lo dijo todo sobre quién era: un Homo sapiens ilustrado”, dijo.
Jane Goodall se convirtió en la mayor experta mundial en chimpancés tras décadas estudiándolos en su hábitat natural en el Parque Nacional Gombe Stream de Tanzania. Le sobreviven su hijo, Hugo, y tres nietos, dos de ellos que pronunciaron emotivos discursos durante el funeral.
Desde el estrado, Leonardo DiCaprio elogió a la “mujer extraordinaria que cambió el mundo con su incansable labor en defensa del medio ambiente. Incluso al final de su vida, Goodall siguió viajando 300 días al año”.
DiCaprio agregó que, si bien es fácil “recrearse en la destrucción y la pérdida”, su “buena amiga siempre se iluminó con la esperanza”.
“Nunca se dejó abrumar por la desesperación. Se centró en lo que se podía hacer”, dijo DiCaprio. “Nos recordó que el cambio comienza con la compasión y que nuestra humanidad es nuestra mayor herramienta”.
“Que todos la honremos llevando adelante esa misma firme convicción de que podemos hacerlo mejor”, concluyó el actor, “de que debemos hacerlo mejor y de que tenemos la responsabilidad de proteger este hermoso mundo natural que todos compartimos”.