Cualquier temporada del año es buen momento para vestir faldas y estos días de frío no son la excepción. Las cinco diferentes faldas que dominarán los próximos meses muestran la diversidad de estilos y materiales que caracterizan a la moda actual: desde faldas formales hasta cortes relajados que privilegian la comodidad sin perder el estilo.

La falda lápiz regresa con fuerza, aunque con tejidos más flexibles y acabados que permiten mayor movilidad. Su estructura sigue siendo formal, pero se actualiza con cinturillas anchas, pinzas marcadas y materiales como la piel sintética, y es ideal para combinaciones con camisas blancas, blazers o suéteres ajustados.

Por otro lado, la falda midi plisada se mantiene como una constante. Su movimiento sutil y su capacidad de adaptarse a distintos tipos de cuerpo la convierten en una prenda versátil. Esta temporada, los pliegues se presentan más amplios y los colores se inclinan hacia gamas neutras y metálicas. Puede usarse con botas y abrigos largos o con mocasines o tacones discretos.

La falda de mezclilla también se consolida como una pieza esencial, especialmente en cortes largos o tipo “A”. Es una prenda que permite múltiples combinaciones, al igual que los jeans, como por ejemplo con blusas de seda para tener un look elegante o con camisetas básicas para un estilo más casual.

La falda cargo toma la forma del estilo práctico en la temporada. Los bolsillos amplios, las telas resistentes y los tonos caqui o gris conforman su identidad. Sin embargo, las versiones actuales equilibran su carácter funcional con otros detalles como cinturones delgados o siluetas rectas. 

Finalmente, la falda larga satinada no puede faltar en la época invernal. Su caída ligera y su textura brillante ofrecen un contraste elegante frente a los tejidos gruesos propios de la temporada. Se combina con suéteres tejidos o chamarras de cuero, adaptándose tanto a eventos formales como a reuniones casuales.