Moda
¿Puede una ciudad convertirse en prenda? Para Raquel Orozco, la respuesta es sí. En el Volvo Fashion Week México, la diseñadora presentó una colección que late al ritmo de la Ciudad de México, su eterna musa.
“El pulso de la Ciudad de México es más que un ritmo; es una declaración, es energía indomable. Este caos hermoso que se respira y se vive en cada rincón se convierte en la musa fundamental de mi nueva colección”, compartió emocionada entre bastidores.
Desde su debut en 2008, Raquel Orozco ha consolidado una firma que trasciende fronteras. Su estética es el reflejo de una mujer empoderada, sofisticada y cómoda en su propia piel. Con siluetas elegantes, materiales nobles y un impecable sentido del detalle, cada colección es un manifiesto de fuerza y autenticidad.
Esta temporada, la diseñadora llevó su visión a un nuevo nivel. Su pasarela fue un recorrido sensorial por los contrastes de la capital mexicana: texturas que evocan la arquitectura moderna, tonos tierra que remiten al concreto y destellos metálicos que capturan la energía de la urbe. Las piezas, llenas de movimiento y estructura, celebran la libertad de ser, de vestir y de sentir.
“Mi línea de mujer compuesta por evening, ready-to-wear y bolsos, se expande con una cápsula masculina que comparte la misma esencia de fluidez y fuerza”, explicó Orozco.
Esta ampliación simboliza una moda más inclusiva y abierta, donde las etiquetas desaparecen y solo queda la autenticidad.
Cada prenda es un guiño a los monumentos y calles que definen el corazón de México. Desde la elegancia imponente del Ángel de la Independencia hasta la geometría contemporánea del Museo Soumaya, su colección traduce la esencia de una ciudad viva y apasionada.
Con esta propuesta, Raquel no solo conquista el Volvo Fashion Week México, sino que reafirma su papel como embajadora del diseño latinoamericano. Su colección invita a mirar la moda con nuevos ojos: los del caos convertido en arte, los del movimiento hecho estilo.
*IMAGEN: Instagram @fashionweekmx







