Moda

Mientras los ojos del mundo se posan sobre las canchas de Wimbledon, la moda también juega un papel protagónico. Nadie encarnó mejor esa fusión entre deporte y elegancia que la Princesa Diana, quien transformó cada visita al All England Club en una declaración de estilo.
A continuación, repasamos diez de sus looks más memorables en Wimbledon, todos con su sello único de frescura, feminidad y sofisticación atemporal.
1981: Con fabulosos estampados florales

En su primera aparición en Wimbledon, Diana eligió un vestido blanco cubierto de flores en tonos zul y rojo. El look tenía un aire primaveral fresco y romántico, reflejando su juventud y naturalidad. Un debut visual tan potente como su entrada en la realeza.
1984: A rayas y con elegancia natural
Con un conjunto de rayas verticales en rojo y blanco, Diana logró un balance entre lo formal y lo veraniego. Las rayas estilizadas aportaban dinamismo al look, que cerraba con un bolso de mano blanco impecable.
1986: Con un vestido y cinturón XL

Ese año, llevó un vestido de silueta fluida que complementó con un cinturón ancho con gran hebilla en azul rey brillante, pieza clave de los años 80. El accesorio marcaba su figura y le daba un aire moderno sin perder delicadeza.
1989: Con sus clásicos aretes de perlas

Fiel a su estilo, en esta edición Diana lució unos pendientes de perlas, su joya distintiva, acompañando un look en tonos neutros y estructura suave. Refinamiento puro, con su inconfundible toque real.
1991: Con un vestido veraniego con cinturón

En esta ocasión, optó por un vestido negro con estampado sutil y un cinturón que acentuaba su cintura. Un look ideal para el verano londinense, que combinaba frescura con elegancia natural.
1991: Con un look veraniego relajado

En su segunda aparición ese año, Diana eligió una pieza ligera en tonos lila, con manga larga. El conjunto evocaba un aire romántico y práctico, propio de quien domina tanto la moda como el protocolo.
1993: Con una pieza rosa pastel y lentes de sol

Este fue uno de sus looks más dulces: un vestido rosa empolvado de líneas suaves, que combinó con gafas de sol estilo vintage. El resultado fue fresco, femenino y completamente inolvidable.
1994: Con un total look de color rojo

Diana apostó por un conjunto monocromático en rojo vibrante, compuesto por un vestido con bolsillos y botones dorados. El tono audaz la hacía destacar con autoridad y elegancia entre la multitud, sin perder un ápice de sofisticación.
1994: Con un look preppy con el Príncipe William

Acompañada por su hijo William, Diana apareció con un look muy preppy: un vestido con solapas blancas y puños altos blancos, botones dorados en hilera y aretes que enmarcaban su rostro. El conjunto evocaba una elegancia colegial encantadora y apropiada para la ocasión, dejando ver su faceta más maternal.
1995: Sofisticación depurada en su última aparición

Para su última visita oficial al torneo, Diana eligió un conjunto minimalista en tonos neutros, con líneas limpias y sus icónicas perlas. Un cierre perfecto para su legado en las gradas de Wimbledon.
Más allá del juego, la Princesa Diana entendió que Wimbledon es también una pasarela de elegancia británica. Su estilo dejó una huella tan icónica como su legado humanitario, y cada año, al volver el Grand Slam londinense, su presencia se sigue sintiendo, entre las flores, los aplausos y los vestidos impecables.
*IMAGEN: Google Images