La Alta Costura siempre ha sido el escenario ideal para que la moda trascienda lo estético y se convierta en pura expresión artística.

A lo largo de los años, París ha sido testigo de desfiles que han desafiado las reglas, desatado emociones y dejado huella con propuestas que combinan innovación, provocación y dramatismo.

Uno de los ejemplos más extravagantes lo dio Moschino con su colección Crucero 2019. Bajo la dirección de Jeremy Scott, el desfile se convirtió en un auténtico circo camp en Los Ángeles, con concursantes de belleza, drag queens como Violet Chachki y acrobacias aéreas. Fue un espectáculo en el sentido más literal, donde la moda se fundió con el teatro en su forma más irreverente.

En contraste, Iris Van Herpen ha llevado la Alta Costura hacia el futuro. Su colección Otoño-Invierno 2022/2023 reflejó su fusión constante de tecnología, ciencia y arte. Piezas etéreas y complejas creadas con impresiones 3D y materiales innovadores invitaron a reflexionar sobre la transformación del cuerpo y del tiempo en la moda.

Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual
Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual

Schiaparelli, bajo la visión moderna de Daniel Roseberry, presentó “The Mother”, un look que dialogaba entre la tradición y la modernidad, haciendo eco del cambio de milenio con un estilo retro-futurista digno de los grandes desfiles de Gaultier o McQueen.

Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual
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Y hablando de Alexander McQueen, su colección Primavera/Verano 2001, “Voss”, es legendaria. Encerró a los asistentes en un espacio que simulaba un hospital psiquiátrico y culminó con la escritora Michelle Olley, desnuda y rodeada de polillas en una caja, evocando una obra del artista Joel-Peter Witkin. Fue moda como confrontación.

Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual
Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual

Giambattista Valli no decepcionó en su colección de Alta Costura Primavera 2023, apostando por una estética exuberante, hiperrromántica y escultural.

Uno de los looks más comentados fue un vestido rosa de tafetán de seda con una silueta corta por delante, cuerpo plisado y mangas abullonadas, que se desplegaba hacia atrás en una cola monumental. Este diseño, que parecía sacado de una fantasía contemporánea de María Antonieta, capturaba a la perfección el ADN de la maison: drama, ligereza y proporciones de ensueño.

Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual
Alta Costura: Espectáculo, Vanguardia y Provocación Visual

En contraste absoluto, Viktor & Rolf presentaron una colección que rompió las reglas tanto físicas como conceptuales de la moda.

Los diseñadores holandeses ofrecieron una pasarela cargada de ironía visual y precisión técnica: vestidos de gala en tul pastel colocados fuera del cuerpo, sostenidos por estructuras internas que los elevaban o giraban sobre sí mismos, como si flotaran alrededor del modelo.

Algunos vestidos estaban inclinados 90 grados, otros colgaban al revés, y otros más se situaban frente al torso sin tocarlo. El efecto era tan surrealista como inquietante. Lejos de ser una broma visual, la propuesta reflexionaba sobre la identidad, la percepción y las convenciones del vestir. ¿Qué significa llevar un vestido? ¿Dónde empieza y termina el cuerpo?

En todos estos casos, la Alta Costura demostró que no se trata solo de lujo, sino también de visión, riesgo y una profunda capacidad de sorprender.

*IMAGEN: Google Images