En la Semana de la Moda de París, Mike Amiri volvió a redefinir los límites de la moda con su presentación Spring-Summer 2026: un viaje sensorial al Chateau AMIRI, un hotel ficticio que sirve de escenario para la intersección de mundos creativos.

Inspirado en los hoteles emblemáticos de Hollywood y en destinos globales, el diseñador convierte la pasarela en un punto de encuentro cultural donde convergen diferentes estilos de vida, con la sofisticación relajada que caracteriza a la marca.

Esta temporada, la narrativa inicia al amanecer, tras una noche glamorosa en el Club AMIRI. La colección mezcla trajes fluidos de los años 70, batas de seda, pijamas bordadas y piezas lounge reinterpretadas con artesanía exquisita. El resultado: lujo californiano, elegante y despreocupado.

La inspiración artística provino del pintor Wes Lang, quien creó una serie de obras en la habitación 34 del Chateau Marmont. Sus ilustraciones de aves ahora aparecen como bordados sobre tejidos finos, entrelazándose con motivos botánicos y detalles perlados que difuminan los límites entre interior y exterior, entre naturaleza y diseño.

La paleta es luminosa y nostálgica: tonos deslavados como menta, frambuesa, dorado y azul pálido evocan una vida bajo el sol. Cada prenda exuda una artesanía meticulosa: plumas, cristales, rufles, y jacquards inspirados en tapicerías de hotel otorgan profundidad táctil y visual.

La pasarela se transformó en un verdadero punto de encuentro internacional, donde las estrellas también tomaron protagonismo. Entre los asistentes destacaron Becky G, J Balvin, Danny Ocean, Jorge López, y otras personalidades del cine, la música y el arte, reflejando el espíritu multicultural y vibrante de la propuesta AMIRI.

En su segunda temporada compartida para hombre y mujer, la línea femenina se consolida con vestidos de punto abierto, trajes de seda joya y la introducción del bolso ‘Honey’, con caída suave en cuero o gamuza repujada.

El Carreau du Temple fue el escenario perfecto: un jardín interior con fuentes y vegetación que dio vida al Chateau AMIRI, donde los universos de Mike Amiri y sus invitados se entrelazaron en una historia visual de estilo, carácter y comunidad.

*IMAGEN: Cortesía