Moda

En el universo de Wes Anderson, cada elemento visual es meticulosamente diseñado para encajar en una estética tan reconocible como envolvente. En su más reciente filme, The Phoenician Scheme, estrenado en el Festival de Cine de Cannes 2025, el director estadounidense vuelve a demostrar que no hay detalle demasiado pequeño cuando se trata de arte cinematográfico.
La colaboración más reciente del director, esta vez con la legendaria casa de alta joyería Cartier, da como resultado una pieza sorprendente y poderosa: un rosario personalizado que se convierte en el accesorio más distintivo del personaje de Liesl, interpretado por Mia Threapleton.

En la historia, Liesl es una joven monja y heredera designada del imperio familiar de Zsa-zsa Korta, personaje interpretado por Benicio del Toro. En pantalla, Liesl aparece constantemente con el rosario envuelto en su mano, como símbolo tanto de su fe como del conflicto interno entre vocación y legado.
Anderson, en su característico proceso minucioso de producción, descubrió un antiguo crucifijo Cartier de alrededor de 1880. Inspirado por su diseño, solicitó a los artesanos de la maison que crearan una versión más grande, de 5.5 cm, ideal para destacarse en pantalla sin perder su aire histórico.

El resultado es una cruz de oro blanco, engastada con diamantes en talla rosa y coronada por un cabujón central de rubí. La cadena de 78.5 cm combina cuentas de esmeralda con diamantes de distintos cortes y cinco rubíes adicionales.
Cada piedra fue seleccionada no solo por su valor estético, sino también por su capacidad de reflejar luz tenue, en clara sintonía con el estilo nostálgico y vintage del director.

La elección de la talla rosa, característica de la época victoriana, no es casual. Cartier la consideró perfecta para realzar la atmósfera romántica y atemporal que define la visión de Wes Anderson. Aunque un rosario tan opulento parecería anacrónico en el mundo real, se integra con naturalidad en el universo estilizado que propone The Phoenician Scheme.
Esta colaboración es un testimonio más de cómo el cine, la moda y la alta joyería pueden converger para crear arte total.
*IMAGEN: Cortesía