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Hablar con Angélica Rogel es como asistir a un monólogo apasionado e inteligente donde el teatro lo abarca todo. Su versión de Bodas de Sangre, actualmente en temporada en el Foro Shakespeare de la Ciudad de México, es una muestra brillante de cómo los clásicos no envejecen, solo se transforman.
“Lorca habla para mí sobre el deber ser y el querer ser. Seguir confiando en el material fue uno de los retos más grandes”, dice Angélica en exclusiva para Grazia.

La directora mantiene la estructura y poesía original, pero le da un giro cultural con sabor a México.
“Me pasa lo mismo que cuando cuando hice mi primer Shakespeare, que es que sabes que tienes un compromiso con esa persona, aunque no esté presente aquí y ahora, está presente en lo que fue escrito”, aseguró Angélica sobre su adaptación en Bodas de Sangre.
La puesta en escena teje música, emoción y relaciones interpersonales con una fuerza que estremece.

Situada en el noreste del país, su montaje sustituye referencias españolas por elementos familiares al público mexicano, como los corridos tumbados—¡sí, corridos tumbados en Lorca!—que conectan con nuestra propia forma de narrar el dolor, la herencia y la tragedia.
Y sí, también hay humor: “Cuando empezaron a cantar los corridos tumbados, de pronto cantan una canción de cuna para arrullar a un bebé. Y como eran corridos, se la cantaban al bebé como si estuvieran en una fiesta”, cuenta entre risas.

Además del teatro, Angélica se prepara para recibir nuevos proyectos y actualmente es host del podcast A Comer y a Viajar con Miguel Conde.
Pero por ahora, la obra Bodas de Sangre nos llama. Pero la obra tendrá una temporada corta y solo estará hasta el 29 de junio. Corre al teatro y déjate arrastrar por esta ola de poesía y relaciones complejas.