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La figura del Papa es una de las más relevantes e influyentes del mundo. Su fallecimiento no solo marca el final de una era espiritual, sino que también pone en marcha un antiguo y riguroso protocolo: el Cónclave, el proceso mediante el cual se elige al nuevo líder de la Iglesia Católica.
La elección de un Papa no solo es un momento histórico para la Iglesia, sino también para el mundo. Cada nuevo pontífice representa un nuevo capítulo: una visión diferente, una nueva energía y un liderazgo espiritual que puede influir en la sociedad global.
Si estás leyendo esto preguntándote “¿y ahora qué?”, aquí te contamos paso a paso cómo se elige a un nuevo Papa, explicado de forma clara y con un enfoque cercano.
El luto oficial y el anuncio
Cuando fallece un Papa, el Vaticano entra en un periodo de luto oficial de nueve días, conocido como Novemdiales. Durante este tiempo, se celebran misas y ceremonias en su memoria. El Camarlengo, una figura clave en la jerarquía vaticana, es quien certifica la muerte del Pontífice, sella sus aposentos y asume el control temporal del Vaticano.
El papel del Camarlengo
El Camarlengo coordina los preparativos para el funeral y organiza el proceso electoral. Su función es asegurar que el Vaticano continúe funcionando hasta que se elija al nuevo Papa, pero no puede tomar decisiones doctrinales. Su rol es más bien administrativo y ceremonial.
El Cónclave: un proceso ancestral
La elección del nuevo Papa se realiza en un evento cerrado y de gran solemnidad llamado Cónclave, que tiene lugar en la Capilla Sixtina. Solo pueden participar los cardenales menores de 80 años, que en la actualidad son unos 120, procedentes de todo el mundo.
Los cardenales se trasladan a la Residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, y entran en la Capilla Sixtina, donde se celebra el Cónclave. A partir de ese momento, quedan aislados del mundo exterior. No tienen acceso a móviles, televisión, ni internet. Es un espacio de oración, reflexión y votación.
Se realizan hasta cuatro votaciones por día (dos por la mañana y dos por la tarde). Cada cardenal escribe en secreto el nombre de su elegido y lo deposita en una urna. Para ser elegido, un candidato necesita al menos dos tercios de los votos.
Si no hay consenso en las primeras votaciones, el proceso puede durar varios días.
¿Por qué se ve humo en el Vaticano?
Tras cada votación, los votos se queman en una estufa especial. Si nadie ha sido elegido, el humo que sale por la chimenea es negro. Cuando finalmente se alcanza un acuerdo y se elige a un nuevo Papa, el humo se vuelve blanco, anunciando al mundo que ya hay sucesor.
¿Y después?
Una vez elegido, el nuevo Papa acepta formalmente su misión. Se le pregunta: “¿Aceptas tu elección como Sumo Pontífice?” y, si responde que sí, elige su nombre papal. Minutos después, el cardenal protodiácono aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro y pronuncia la famosa frase: “¡Habemus Papam!”
El nuevo Papa se presenta al mundo y da su primera bendición como líder espiritual de más de mil millones de personas.
Y aunque el futuro de la Iglesia es incierto tras la eventual muerte del Papa Francisco, lo que sí es seguro es que el mundo volverá a mirar hacia Roma para presenciar un ritual cargado de simbolismo, historia y esperanza.
*Imágenes: Getty Images