Moda

El sueño de muchas mujeres es una melena lisa, brillante y libre de frizz sin necesidad de recurrir a la plancha cada mañana. En la búsqueda de ese ideal, la keratina ha sido la estrella indiscutible en los últimos años.
Pero, ¿es realmente la mejor opción para todos los tipos de cabello? Aunque sus beneficios han conquistado a muchas, también existen desventajas que vale la pena considerar antes de tomar una decisión.
Las ventajas: suavidad, brillo y duración

Uno de los mayores atractivos de la keratina es su capacidad para transformar la textura del cabello, haciéndolo más manejable y libre de encrespamiento hasta por seis meses. Además, es un tratamiento versátil, apto para casi todo tipo de cabello, desde rizado hasta ondulado, sin alterar su estructura de forma permanente.
Otra gran ventaja es que la keratina no solo se encuentra en tratamientos de salón. Existen shampoos, acondicionadores y mascarillas enriquecidas con este ingrediente, ofreciendo opciones más accesibles para quienes buscan mejorar la apariencia de su cabello sin comprometer su textura natural.
Las desventajas: ingredientes ocultos y daños a largo plazo

A pesar de su popularidad, la keratina no está exenta de controversia. Algunos tratamientos contienen formaldehído, una sustancia química potencialmente dañina que, según estudios, puede causar irritaciones en los ojos y problemas respiratorios.
Aunque algunas marcas aseguran ser “libres de formaldehído”, organismos como la FDA han advertido que esto no siempre es del todo cierto.
Otro aspecto a considerar es que la aplicación de calor extremo para sellar la keratina puede debilitar el cabello con el tiempo, especialmente en melenas ya dañadas. Además, el costo elevado del tratamiento y su mantenimiento pueden hacer que su efecto sea difícil de prolongar sin una inversión constante.
¿Vale la pena la keratina?

Si buscas una solución rápida para un cabello más liso y sin frizz, la keratina puede ser una gran aliada. Sin embargo, es fundamental investigar bien las fórmulas y optar por opciones más seguras. Alternativas como tratamientos nutritivos naturales o técnicas menos agresivas pueden ser igual de efectivas sin comprometer la salud capilar.
La decisión final dependerá de tus necesidades, tu tipo de cabello y, sobre todo, tu compromiso con su cuidado a largo plazo.
*IMAGEN: Google Images