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En una era de discursos vacíos y promesas rotas, pocas voces logran romper el ruido mediático con un mensaje de auténtica integridad. Pero cuando Marian Edgar Budde, obispa de Washington, se dirigió a Donald Trump en su investidura con palabras cargadas de empatía y valentía, el mundo escuchó.
Entre quienes celebraron este momento, Beatrice Borromeo, periodista, documentalista y miembro de la familia principesca de Mónaco, destacó con su postura contundente: “Por fin una persona con integridad”.
Durante el servicio religioso en la Catedral Nacional de Washington, Budde llamó a la misericordia hacia minorías vulnerables, como migrantes y miembros de la comunidad LGBTQ+, cuyas vidas se han visto amenazadas por políticas recientes. Con un tono firme pero compasivo, denunció las órdenes ejecutivas que perpetúan el miedo y la discriminación.
Para Trump, estas palabras fueron “radicales y desagradables”, pero para Borromeo y millones más, representaron una chispa de esperanza en tiempos de polarización.
Borromeo, conocida tanto por su linaje principesco como por su carrera en el periodismo y el cine documental, aprovechó sus redes sociales para respaldar el sermón de Budde.
Con su característico estilo directo, la esposa de Pierre Casiraghi no escatimó en críticas hacia los magnates que, según ella, han fallado al apoyar “una deriva fascista”.
No es la primera vez que Borromeo se pronuncia en contra de Trump; en 2016 ya lo comparó con Silvio Berlusconi, otro líder polémico que ha sido blanco de sus investigaciones periodísticas.
Lo que hace único este momento no es solo el respaldo de una figura pública como Borromeo, sino la convergencia de dos mujeres que, desde diferentes contextos, alzan la voz contra la injusticia.
En tiempos donde las divisiones sociales se profundizan, gestos como este son un recordatorio de que el poder también puede y debe ser cuestionado.
*IMAGEN: Google Images
