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¿Alguna vez has discutido con tu pareja por mensajes de texto? Entonces ya has sido parte del trend del momento: el fexting. De acuerdo con cada vez más personas afirman, se ha encontrado que las peleas también tienen su espacio reservado en nuestros smartphones. Pero, ¿por qué estamos optando por pelear desde la comodidad (o incomodidad) de la pantalla de nuestro celular?
El término fexting viene de la combinación de dos palabras en inglés: fighting (pelear) y texting (textear). Es decir, es cuando se utilizan mensajes de texto para discutir con nuestra pareja, en lugar de enfrentar la situación cara a cara. Este fenómeno, aunque no es nuevo, se ha popularizado en los últimos años, especialmente entre las parejas jóvenes que han crecido con la tecnología a su lado.
Antes, una discusión acalorada implicaba miradas intensas, gestos dramáticos y, a veces, la clásica salida del lugar azotando la puerta. Ahora, la realidad es diferente. Es más fácil esconderse detrás de la pantalla y lanzar mensajes más agresivos sin tener que lidiar con las consecuencias inmediatas de ver a la otra persona herida. Además, el fexting permite que las discusiones se alarguen durante horas o días, manteniendo a ambas partes en un estado de tensión que puede ser agotador.
Pero, ¿cuáles son los pros y contras del fexting?
Pros:
Tiempo para pensar: El fexting te da unos segundos para meditar tus respuestas, algo que no siempre ocurre en una discusión cara a cara.
Registro de la conversación: Todo queda guardado. Puedes releer lo que se dijo para analizarlo más tarde, aunque esto también puede ser una trampa para caer en el eterno ciclo de revivir peleas pasadas.
Espacio personal: Si eres de las personas que necesitan espacio durante una pelea, el fexting te permite mantener una distancia física mientras abordas el conflicto.
Contras:
Malinterpretación: Sin el tono de voz y las expresiones faciales, es fácil que un mensaje sea malinterpretado, lo que puede agravar aún más la situación.
Falta de resolución: A veces, el fexting solo sirve para avivar el fuego sin llegar a una solución real. Las discusiones pueden volverse circulares y no conducir a un entendimiento mutuo.
Despersonalización: Discutir por mensaje puede hacer que nos olvidemos de que estamos lidiando con una persona real y no solo con un nombre en la pantalla, lo que puede llevarnos a ser más hirientes de lo que seríamos en persona.
El fexting es, sin duda, un reflejo de cómo la tecnología ha cambiado nuestras interacciones personales, para bien o para mal. Lo importante es aprender a navegar este nuevo terreno con sabiduría y respeto, y no dejar que nuestras relaciones se definan por lo que escribimos en una pantalla, sino por cómo nos conectamos en la vida real.