Moda
La colección de alta joyería Dior Print diseñada por Victoire de Castellane, representa un reencuentro entre el diseño y las ideas fusionadas, creando magníficos estampados en joyas los cuales otorgan una manera sublime de expresar la alta costura a través de la fina joyería de la firma.
Para la presentación de Dior Print, la maison realizó un evento excepcional el 4 de junio con sede en el Grand Hotel Timeo en Taormina, Sicilia, exhibiendo 137 piezas alegres y virtuosas junto con siluetas de alta costura creadas por la directora creativa de la marca, Maria Grazia Chiuri mediante una doble exposición que sumerge a sus visitantes en un sueño.
Este año Victoire de Castellane inaugura un nuevo capítulo que quedará en la historia de la Maison, pues como inspiración la colección Dior Print retoma gran parte de la historia, mostrando un carácter deseable que replantea el motivo de un tejido bidimensional a joyas tridimensionales. La linea dio lugar a 35 imponentes, elegantes y delicadas piezas impresas decoradas con cuadrios y rayas asi como degradados de color tie-dye acompañados de motivos geometricos y estampados Liberty que fascinaran a los espectadores y que a su vez dan una fluides aludiendo a una caricia como una brisa sedosa.
La colección asombra por el realismo de sus estampados, los cuales destacan por la belleza de las piedras minuciosamente elegidas y el excepcional savoir-faire de los talleres parisinos en los que se realizan, dando un impecable resultado a los motivos que se convirtieron en una escala reducida de la joyería, logrando ajustar tanto los tipos de engaste como la densidad de colocación de las gemas.
“Cuando las cintas ondulan, la impresión debe seguir”, aseguró Victoire de Castellane. Para garantizar que los cuadros y las rayas coinciden perfectamente con el movimiento y los contornos de cada joya, se prestó especial atención al relieve y la perspectiva. “Al igual que con la alta costura, es un proceso que requiere una serie de ajustes. El trabajo es aún más preciso debido a las superficies curvas de los engastes, que distorsionan los estampados y las líneas», señala el Director Creativo de Dior Joaillerie.
Lo más impresionante de la colección Dior Print, es que cada motivo impresio se percibe como una tela miniatura, interpretada en aretes de corte aparentemente nítido, ondulaciones similares a cintas que forman gargantillas y plastrones, y adornos florales transpuestos en anillos y collares. Además los volúmenes tipo cojín se traducen en los pendientes colgantes, colgantes y gemelos sensuales y voluminosos.
Por otra parte, los motivos florales se magnifican con un estampado Liberty de rubíes, espinelas y diamantes amarillos que adorna el trenzado de oro blanco, así como colgantes y anillos con gemas de talla cojín. Entre las joyas de este conjunto, Victoire de Castellane diseñó dos collares de cinta que enlazan el cuello: uno ilumina a su portador con un maravilloso diamante blanco D Flawless de talla cojín de 10,05 quilates. El otro presenta un deslumbrante diamante amarillo Fancy Vivid de 3,04 quilates.
Entre los más espectaculares se encuentran un diamante pera D Flawless de 11,58 quilates, un zafiro birmano de 14,66 quilates y un rubí mozambiqueño de 10,27 quilates. Joyas de carácter para una colección con una personalidad desbordante. Y por lo que los talleres de alta joyería de París se han superado una vez más.
Una esencia única representada por los motivos a cuadros, convierten el azul marino en zafiros y diamantes a partir de la silueta masculina reinterpretado en la elegancia verdaderamente masculina mediante un collar de cinta adornado con un extraordinario zafiro de Madagascar de 12,07 quilates, un anillo doble engastado con un zafiro de Ceilán de casi seis quilates o pendientes colgantes cuyos bordes parecen rebanados limpios, como cortados con tijeras. El color y la calidad de cada uno de los diseños se resaltan en un zafiro lila de Madagascar de 8,02 quilates en el pistilo del collar Dior Print Emerald.
Durante la presentación se recibió a los visitantes con animados cuadros inspirados en el pasado histórico destacando largos vestidos blancos que reinventan la técnica del peplo. Una cena mágica seguida de un desfile de moda en el que el terciopelo trompe-l’oeil y los bordados evocaban al delicado encaje y el guipur animaban el festín. Un fantástico evento que fusionó la elegancia parisina y la dolce vita italiana.
*IMAGEN: Cortesía Dior
