Moda
Madeleine Dore encargada de dirigir Extraordinary Routines, uno de los blogs más populares del momento, presenta un podcast llamado Routines & Ruts y actualmente presenta su nuevo libro donde comparte 5 ideas claves titulado Yo no hice nada hoy: dejar ir la culpa por la productividad.
Esta talentosa mujer expresa todo su conocimiento a través de plataformas, realizando diversos experimentos sociales y de vida con regularidad. Dore investiga cómo vivir creativamente y ampliar la definición de un día bien aprovechado.

Deja atrás la idea de tener la productividad como una prioridad TOP
Seguramente en varias ocasiones has sentido la necesidad de hacer muchas cosas, pero cuando combinamos la productividad con la autoestima, nunca encontraremos el equilibrio perfecto.
Dore busca explicarnos esa “obsesión por hacer” que tenemos y como consecuencia esta puede dejarnos más agobiados de lo que podríamos estar, además de sentirnos agotados, insatisfechos, inadecuados y solos.
La productividad nos indica que vivamos secuencialmente, pero nuestros días rara vez se desarrollan como los planeamos. Cada día tiene sorpresas inesperadas y debemos entender que somos parte de ese proceso. Estamos constantemente cambiando, creando y recreándonos a nosotros mismos.
Madeline también nos comparte que no es necesario que seamos unos creativos para poder llevar y vivir una vida creativa. En realidad todos tenemos la oportunidad de desarrollar este rasgo humano innato. La creatividad no sigue un plan, sino que tiene su propio flujo y reflujo. En lugar de limitar un día a hacer, nos da vida a las muchas formas en que podemos hacer de manera diferente. La creatividad es una medida vibrante, expansiva y gratificante de nuestros días en comparación con la rigidez de la productividad, que nos ayudará a descubrirnos y cuestionar lo que queremos.
La única manera de desperdiciar el tiempo es agobiarse por desperdiciarlo
“El tiempo que disfrutamos ‘perdiendo’ no es tiempo perdido en absoluto”. No somos perfectos y estamos atados a ese destino en el que se puede perder el tiempo. Posponer, distraernos, platicar demasiado con nuestros amigos son algunas de las acciones que por naturaleza el ser humano está destinado a hacer.
Vivimos en un mundo en el que queremos que todo sea rápido, sin darnos el tiempo adecuado para hacer lo que realmente necesitamos realizar. Nos apresuramos a etiquetar la preparación como procrastinación y fácilmente pasamos por alto que las cosas toman el tiempo que toman. Algunos días, es posible que solo pasemos una hora haciendo la cosa, pero puede llevar todo el día prepararnos para esa hora potente. El tiempo que dedicamos a pensar en hacer el trabajo puede ser una parte necesaria para hacerlo.
No hay decisiones correctas
¿Alguna vez has sentido que te ahogas en un vaso? Si no sabes la decisión correcta no te preocupes, no hay decisiones correctas o incorrectas. Es fácil pasar por alto que nuestra indecisión es una decisión que nos mantiene suspendidos, atrapados en el limbo y, a veces, las oportunidades se nos escapan.
Nunca sabremos a dónde nos llevarán nuestras decisiones, porque solo podemos conectar los puntos una vez que miramos hacia atrás. E incluso entonces, es solo el más leve de los contornos de nuestras decisiones anteriores. Ya sea romance, amistades, trayectorias profesionales o nuevos intereses, nunca vimos venir la mayoría de las cosas que dan sentido a nuestras vidas. Como recuerdo haber escuchado de una mujer de 90 años, “No puedes arreglar la vida; sucede a tu alrededor”.
Disfruta lo que haces
Fue demasiado, Tal vez fue demasiado difícil. Tal vez fue demasiado desalentador. Tal vez fue demasiado aburrido. Con el temor como punto de partida, no es de extrañar que pospongamos algo. Pero afortunadamente, el antídoto es una disciplina deliciosa: poner la fascinación, la curiosidad y el disfrute en lugar de las reglas de castigo.
Después de todo, es más probable que encontremos motivación y mantengamos el impulso si disfrutamos de algo. Incluso para las cosas difíciles, podemos encontrar una manera de disfrutarlas: hacerlas más fáciles, pequeñas y divertidas.
Nuestro aprendizaje es único y nunca falla
Nada nunca será igual. Enfrentamos decepciones, angustias, dificultades y pérdidas. Por desafiantes que puedan ser estas dificultades, no nos gustaría que nuestros días estuvieran libres de fricciones. Es en las tensiones, problemas y errores que aprendemos; es una de las cosas más importantes de estar vivo.
Como escribió el novelista T. H. White: “Lo mejor para estar triste es aprender algo. Eso es lo único que nunca falla”. Lo maravilloso del aprendizaje es que se expande y no tiene por qué costarnos nada. Podemos aprender de las conversaciones, los problemas que debemos resolver, los riesgos que tomamos, el envejecimiento, el rechazo y el descubrimiento. La curiosidad es cómo encontramos lo extraordinario en lo ordinario.