A las 8:00 de la mañana mi despertador sonaba y así escapaba de un sueño perfecto en el que Taylor Swift no hablaba de relaciones fallidas en su nuevo álbum, Reputation. Pero era solo eso, un sueño. Tras encender el ordenador y ajustar mi vista al brillo de la pantalla manteniendo aún un atisbo de esperanza, me he encontrado con lo que la mayoría esperaba y yo deseaba con todas mis fuerzas que no volviese a suceder. Un single llamado Look What You Made Me Do (Mira lo que me hiciste hacer) que habla de lo que siempre habla Taylor: amor, desamor y venganza (con alguna pullita a sus archienemigos).

Lo que le gusta un buen drama… © Getty Images.

«…No me gustan tus juegos…», «…el rol que me haces jugar de tonta…», «…me encerraste y me tiraste…»,  «…mira lo que me acabas de provocar…» o «…tengo una lista de nombres y el tuyo está subrayado en rojo…» son algunas de las frases de una canción cuyo lyric video ha alcanzado el millón de visitas en apenas dos horas.

Sinceramente, no sé por qué me sorprendo. La carrera de Taylor Swift, esa chica dulce que conocimos hace once años, guitarra en mano, y que se perfilaba como la nueva Dolly Parton de la música country cosa que ya quedó atrás, ha estado siempre vinculada a sus relaciones amorosas. Y quizá ni ella misma eligió este rumbo sentimental de su escalada hacia el éxito. Rick Barker, su manager desde sus inicios, es a Taylor lo que Scotter Braun a Justin Bieber. Su gurú, su padrino, la persona que le marca el camino a seguir y se asegura de que solo pise las baldosas más seguras y estables.

Sin embargo, mientras que Justin se revela como cualquier adolescente que se precie y nos hace ver esa chispa de verdad y también de locura y descontrol, Taylor se dedica a seguir meticulosamente el plan establecido. Una sencilla, pero eficaz, hoja de ruta que le ha hecho convertirse en una suerte de Juana de Arco del amor. Aunque es todo pura fachada. He aquí el que ha sido su plan de vuelo hasta la fecha que ya os digo yo que estuvo, sigue  y seguirá estando en piloto automático:

1. Empieza y termina una historia amorosa en cada canción

Hay canciones que hablan de amor, otras de desamor, otras de infidelidades, otras de venganza… ¡Las de Taylor hablan de todo eso a la vez! Si os dais cuenta, toda la discografía de Taylor bien podría compararse a una serie de televisión. Cada disco sería una temporada y cada canción un episodio. En una misma canción, Taylor se enamora, la dejan o deja ella después de que el susodicho se las haya hecho pasar canutas, se deprime, aprende la lección, se venga y rehace su vida.

2. Jamás te responsabilices de tus errores amorosos

Es más difícil encontrar un ápice de autocrítica en los discos de Taylor Swift que en el reality de las Kardashian. ¿Por qué la cantante nunca tiene parte de responsabilidad en sus rupturas y son siempre sus parejas los malos de la película canción, en este caso? Lo único incorrecto, por decirlo de alguna manera, que hace Taylor es quererlos y confiar en ellos ciega de amor. ¿En serio es ese el mensaje que quiere enviarles a los millones de seguidores que la imitan? ¿Sabe que si lo hiciese su carrera se terminaría?

Pensadlo un momento. ¿Qué pasaría si Taylor dijese que se ha equivocado? Que ha sido ella la que ha sido infiel o la que ha tratado mal a la otra persona. No queridas. Su mánager nunca lo permitiría. Taylor es la eterna dejada. La mujer que se olvida de sí misma y renuncia a su independencia para conseguir el amor verdadero. Además, estoy convencida de que sus relaciones no son para nada como las plasma en sus canciones. O por lo menos las rupturas. Siempre ellos los malvados y ella la inexperta y dulce joven torpe en el amor. ¿En serio?

No te lo crees ni tú, amiga.

3. Mantén relaciones mediáticas (pero tampoco mucho)

Según el portal WhosdatedWho, que lleva la cuenta de todos los amoríos del star system de Hollywood, Taylor ha mantenido doce relaciones (más o menos estables).  Y un dato que llama poderosamente mi atención es que ninguna le ha durado más de un año. Joe Jonas, Taylor Lautner, John Mayer, Jake Gyllenhaal, Conor Kennedy, Harry Styles, Calvin Harris y Tom Hiddleston han sido los más relevantes. Junto a todos ellos se dejó ver paseando melosa ella cual gatete y pasando tiempo con sus respectivas familias. Hasta que, de golpe, todo saltaba por los aires, sin saber muy bien el motivo de la ruptura. Un vacío de información que alimentaba el ansía de canciones de los Swifters, ya que es su única manera de estar enterados de la vida sentimental de Taylor. Cada vez que la cantante rompe con alguien, en su siguiente trabajo explica veladamente qué pasó.

«Tú ve delante que verás luego cuando lo dejemos», parece decir la cantante. © Getty Images.

¿Y por qué digo que son mediáticas pero tampoco mucho? Exceptuando el caso de Calvin Harris, en el que Taylor y él sí subieron fotos a redes sociales y acudieron a entregas de premios (aunque no posaron juntos), con el resto todo ha sido más del rollo ‘posado robado’. Que nos pillen en el aeropuerto o llegando a un restaurante, pero ni posamos en eventos oficiales ni hacemos declaraciones a la prensa. Exacto. Hay que tenerlo todo bien atado para luego poder componer sobre ello(s).

4. Hazte con un ejército de compinches

O lo que es lo mismo, su squad o grupo de amigas. Gigi Hadid, Jamie King, Lena Dunham, Cara Delevingne, Selena Gomez, Lorde, Karlie Kloss, Hailee Steinfeld son algunas de las escuderas que acompañan en su carrera a Taylor. Junto a ellas se deja ver, sobre todo y ante todo, tras una de sus múltiples rupturas. Además, las invita a sus videoclips y lo petan. ¿Quién osaría meterse con ellas? Ellas son las guays de la clase y el resto son las pringadas, por dejarlo todo claro.

5. Lecciones feministas doy (que para mí no tengo)

Punto delicado donde los haya y que está directamente relacionado con el número 2. ¿Es Taylor Swift feminista? Mmmm… Cuando le interesa, queridas. Y sé que con esto me estoy ganando vuestra enemistad. Es feminista para vengarse de los que supuestamente han roto su corazón. Para callar las bocas de aquellos que la critican por tener un sinfín de relaciones y para levantar premios en nombre de todas las mujeres que sufren por amor (todas, como su squad, mujeres perfectas, blancas, delgadas, triunfadoras y ricas). Sin embargo, acepta realmente mal las opiniones desfavorables por parte de otras mujeres. Sus riñas con Nicki Minaj y Katy Perry son de sobra conocidas. Y ahí Taylor no tiene ningún reparo en sacar el arsenal feminista, pero del lado que le interesa.

Resumiendo, ¿sería capaz Taylor Swift de triunfar si su música no girase en torno a sus relaciones o simplemente entonara el ‘mea culpa’?