El cabello está compuesto por proteínas, lípidos, oligoelementos, aminoácidos, sales y pigmentos. No obstante, el agua es el componente que conforma la fibra capilar en su mayor parte y, en ella, se hallan las claves para poder controlar el encrespamiento o efecto “frizz” del pelo, que se produce, fundamentalmente, por la falta de hidratación de éste, ya que el cuero cabelludo absorbe más agua de la que debería y, al no tener la humedad necesaria, termina por tener un aspecto más reseco, apagado y con tendencia a romperse con más facilidad. Por ello, desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar, explican cuáles son las principales causas del encrespamiento en nuestro pelo, así como las pautas o rutinas a seguir para evitar este problema.

“La unidad folicular es un órgano en nuestro cabello formado por el bulbo raquídeo, del que crece el tallo o lo que comúnmente llamamos pelo. Cuando este tallo piloso se fractura por diversos motivos, macroscópicamente da sensación de pérdida de brillo o deshilachamiento, dando paso al encrespamiento o efecto frizz, que es la fricción del cabello que se genera cuando se produce electricidad estática, que hace que éste pierda su forma natural, se hinche y ocupe mucho más volumen, siendo más difícil de dominar”, explica el doctor Alberto Sánchez, de la clínica Hospital Capilar.

Así, el encrespamiento viene dado por la deshidratación y la falta de humedad en el cabello, que se infla y se vuelve rebelde al buscar, en dicha humedad, la nutrición perdida, apareciendo las puntas abiertas, la textura áspera y la falta de definición que caracterizan al cabello “frizz”.  Los cabellos ondulados o rizados, debido a su textura porosa y abundante, son los que suelen sufrir más las consecuencias de este problema, ya que el sebo que producen estos tipos de cabello no fluye tan fácilmente a través de la fibra capilar como lo hace en los lisos. Por ello, en estos casos, el pelo se encuentra más vulnerable ante la exposición a determinados agentes, resecándose más rápido, rompiéndose con mayor facilidad y promoviendo que aparezca antes, por tanto, el temido encrespamiento.

Otras causas que pueden secar o dañar la fibra capilar son diversos factores climatológicos como la humedad, el frío, la lluvia o los cambios bruscos de temperatura,  así como seguir unas malas rutinas de cuidado del cabello como cepillarlo con demasiada fuerza, el uso de forma continuada de herramientas de calor como planchas, secadores o tenacillas sin la aplicación de un protector térmico, el exceso de químicos agresivos para el cuero cabelludo como tintes o productos como los sulfatos, sumado a llevar una dieta pobre en vitaminas y minerales e, incluso, la genética.

A este respecto, el doctor Sánchez apunta que “la mayoría de las fracturas producidas en los tallos se producen de forma transversal, habitualmente por traumatismos mecánicos como el cepillado excesivo, peinados o trenzas apretadas, coletas de caballo o una excesiva exposición al calor; o traumatismos químicos, que podrían ser diferentes tintes de pelo o decolorantes, que resecan y abren la cutícula. El sol, por su parte, no afecta directamente al tallo, ya que la radiación UV solo condiciona en pequeña medida la fractura capilar, aunque las quemaduras en el cuero cabelludo pueden provocar un aumento de trastornos de la piel que llevarán a producir tallos más cortos o bien más finos y dañados”.

Cómo hacer frente al encrespamiento

Aunque es normal que nuestra melena se encrespe más con el paso del tiempo, sí que podemos adoptar ciertos hábitos o rutinas que nos ayuden a mantener el encrespamiento bajo control, luciendo, así, un pelo más disciplinado y suave:

  1. Usar productos específicos. Se aconseja utilizar productos ricos en agentes hidratantes y reestructurantes que ayuden a mantener nutrido el cabello, así como aceites de calidad para ayudar a sellar la cutícula.  Algunos componentes que pueden ser interesantes para cabellos dañados serían, por ejemplo, productos con proteínas hidrolizadas, que son aditivos que son atraídos hacia la queratina del tallo y sirven para que éste se cubra, pudiendo usarse en cabellos con puntas abiertas que hayan perdido esta cutícula protectora, ayudando a protegerlas”, detalla el especialista de Hospital Capilar.
  2. Lavar con agua templada y secar suavemente. Para prevenir el “frizz”, los expertos recomiendan lavar el cabello con agua templada o fría, ya que el agua caliente lo reseca, mientras que el agua fría cierra la cutícula, proporcionándole más brillo y haciendo que luzca un aspecto más liso.  A la hora de secar, se deben usar toallas de microfibra o de algodón, presionándolas suavemente en el cuero cabelludo y deslizándola posteriormente a lo largo del pelo.
  3. Prestar atención al cepillado. Peinar de forma inadecuada el cabello también afecta al encrespamiento del mismo y, por ello, el cepillado debe realizarse de forma suave y con peines de cerdas naturales o de madera, con el fin de reducir la electricidad estática, o bien utilizar cepillos iónicos, que funcionan para evitar el encrespamiento en el pelo liso.
  4. Moderar el uso de herramientas de calor. Las altas temperaturas son la principal causa de deshidratación del pelo, que se volverá más susceptible al encrespamiento. Por este motivo, se debe de aplicar un protector térmico que ayude a proteger la fibra capilar antes de utilizar secadores o planchas, procurando usarlos, además, a la menor temperatura posible”, apunta el doctor Sánchez.
  5. Escoge bien el corte de pelo. Los cortes demasiado rectos y los capeados son dos estilos que favorecen el efecto “frizz”, por lo que se recomienda optar por peinados con capas largas y despuntadas o bien por melenas largas con las puntas desfiladas, ya que, en estos casos, las puntas soportarán un peso mayor que impedirá una ondulación excesiva no deseada. Además, conviene sanear las puntas cada tres meses, con el fin de evitar la electricidad que se acumula en las zonas estropeadas del cabello.

*Imagen: cortesía