Nuestro cabello es una de las zonas sensibles del cuerpo, aunque muchas veces no nos demos cuenta de ello. Los cambios de temperatura, la llegada de nuevas estaciones, el estrés, la mala alimentación, las hormonas, mil cosas pueden afectarnos. Si no le prestas la atención que deberías, es hora de que lo hagas, y más allá del champú o la crema, las mascarillas son un gran aliado para la salud capilar.

Las mascarillas deberían ser parte de nuestro ritual de cuidado habitual, sobre todo, en melenas con coloración o tratamientos químicos, pero también en aquellas estaciones de clima extremo como el invierno. Los expertos nos dan varios consejos para que pongas en práctica desde tu casa. ¡Toma nota!

¿Mejor por la noche?

Aplicarla por la noche nos ahorra tiempo y nos asegura que la mascarilla ha tenido tiempo para trabajar, la mejor opción para aquellas a las que les faltan horas. “Si nos ponemos la mascarilla por la noche, le estamos dando un cuidado más reparador al pelo, ya que permitimos que absorba todos los ingredientes y que se mantengan por más tiempo. Solo tenemos que tener en cuenta que el pelo esté limpio y dormir con un gorro de ducha. A la mañana siguiente, retiramos la mascarilla con un lavado y disfrutamos del resultado.”, aconseja Charo García de Ilitia Beauty & Science desde Balmaseda (Bizkaia).

Según tus necesidades

No todas las melenas parten de las mismas condiciones ni tienen las mismas características, así que lo primero es recurrir a un producto que se ajuste a nuestro pelo. “Una mascarilla maravillosa puede no funcionar si no le aporta nada a tu pelo porque no está pensada para lo que tú necesitas. Así que es muy importante dejarte asesorar por un profesional si no lo tienes claro. Del mismo modo, no todas las fibras capilares son iguales, algunas son más finas y otras son más gruesas. Flexibiliza el tiempo que dejas la mascarilla para que pueda actuar profundamente.”, matiza Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega (Cantabria).

Aplícala bien para un máximo rendimiento

Para que pueda realizar su función debe estar presente de forma homogénea por toda la melena, repártela bien. “Para poder distribuir la mascarilla uniformemente, podemos recurrir a un peine de púas anchas, mejor de madera, o bien con los dedos, haciendo hincapié en las puntas que es la zona que habitualmente está más dañada. Aprovecharemos para masajear y permitir que penetre mejor. Un truco para que se absorba mejor es aplicar calor con un secador, ya que abrimos la cutícula y dejamos paso a la mascarilla. Cuando nos lavemos el pelo para retirarla, aconsejo hacerlo con agua tibia o fría para que se selle y quede protegida.”, recomienda Rafael Bueno de Rafael Bueno Peluqueros desde Málaga.

La importancia de los ingredientes

La composición de las mascarillas importa y mucho, cuánto más concentrada y natural, mejor. Más efectiva y respetuosa será con nuestro pelo. “Las mascarillas más económicas suelen incorporar más ingredientes sintéticos como siliconas que enmascaran el cuidado. Por eso, siempre recomiendo productos con un alto porcentaje de principios activos naturales. También es imprescindible saber escoger la mascarilla, por ejemplo, para el pelo muy dañado, le recomiendo aquellas mascarillas elaboradas a base de aceite de coco o miel que nutren, retienen la humedad y evitan la rotura. Para el pelo deshidratado va muy bien aquellas a base de aceite de oliva. Se trata de escoger aquella que sabemos que nos va a proporcionar lo que necesitamos y, además, sin crear más daño.”, señala Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barcelona).

*Imagen: Getty Images