Cuando Kate Beckinsale (Londres, 1973) no está involucrada en una encarnizada lucha entre vampiros y hombres lobo, se dedica a hacer alguna comedia o drama más cercanos al mundo real. Como cuando llegan a su casa guiones como el de El Rostro de un ángel (estreno en España el 23 de octubre). Y es que, por mucho que den de sí cuatro entregas de Underworld (y ya en cocina una quinta), a la actriz también le gusta quitarse el ajustado traje de Selene de vez en cuando.

En esta ocasión, dirigida por Michael Winterbottom, Beckinsale protagoniza un drama que tiene como trasfondo el mediático caso (acaecido en Italia en 2007) del asesinato de la estudiante Meredith Kercher, y posterior enjuiciamiento de su compañera de piso Amanda Knox como presunta co-autora del crimen.

En el filme, rodado en Sienna (Italia), comparte cartel con Cara Delevingne y da vida a Simone Ford, una periodista que escribe un libro sobre el caso. Un papel muy alejado del perfil de personajes que le han dado tanta fama (además de las secuelas de Underwold, Kate ha protagonizado el remake de Total Recall o Van Helsing).

La actriz inglesa junto a Daniel Brühl, su compañero de reparto en 'El rostro de un ángel', en una de las escenas de la película.  © Cordon Press
La actriz inglesa junto a Daniel Brühl, su compañero de reparto en ‘El rostro de un ángel’, en una de las escenas de la película. © Cordon Press

¿Qué te atrajo de El rostro de un ángel?

Michael [Winterbottom] puede hacer prácticamente de todo, porque es un tío inmensamente creativo. Me sentí atraída por la posibilidad de trabajar con alguien que es capaz de afrontar riesgos artísticos, de llevarte a terrenos difíciles.

 

Uno de los puntos de partida de la película es  cuestionarse por qué atraen las noticias de crímenes. ¿Qué respuesta le puedes dar a esa interrogante, y en particular sobre el caso de Meredith Kercher y Amanda Knox?

Seguí ese caso. Pienso que sucesos como aquel resultan fascinantes para todo el mundo por el hecho de ser seres humanos. Ante hechos así buscamos una respuesta al por qué.

 

Tu personaje en El rostro de un ángel está basado en Barbie Latza Nadeau, una periodista americana residente en Italia que cubrió muy de cerca el asesinato y el juicio posterior. ¿Cómo fue la colaboración con ella?

Barbie se dedicó a ayudarnos; la película está basada en gran parte en su libro (Angel Face, 2010). Nos intercambiamos muchos mensajes electrónicos antes de conocernos. ¡Yo tenía miles de preguntas! Me habló de su trabajo, de su experiencia en el caso, de cómo lo vivió, del proceso de escritura del libro… Una vez fui a su casa a cenar con colegas suyos; yo estaba muy nerviosa porque claro, estando entre periodistas, y viendo que nuestra conversación iba ya en escalada, no estaba segura si saldría algo de eso en el periódico [risas]. Creo que para Barbie fue una experiencia más rara, por esa sensación de “soy yo, pero no completamente…” al ver mi personaje. Pero ella fue increíble, se involucró mucho, y hasta aparece en un par de escenas en la película.

 

En tu carrera has asumido roles muy diferentes, ¿crees que esta periodista tiene algo de heroína de acción?

Esta ha sido la segunda vez que he hecho de periodista; la primera fue en Nothing but the Truth (2008) sobre el caso de Judith Miller, también muy sonado. Sin embargo no creo que este rol tenga algo de heroína de acción, aunque me parece divertido mezclar todo lo que se pueda.

"Creo que la mayoría de los actores tienen algo de 'miedo sano' a los periodistas. © Cordon Press
«Creo que la mayoría de los actores tienen algo de ‘miedo sano’ a los periodistas». © Getty Images

¿Cómo te enriqueció el contacto con periodistas?

Daniel [Brühl] y yo tuvimos la suerte de mantener contacto con algunos de los periodistas que cubrieron el caso. Se trataba de perfiles muy diferentes entre sí: algunos determinantes, otros muy reflexivos, otros ingeniosos… Lo que resulta evidente al hablar con ellos es que el caso les absorvió.

 

¿Qué piensas del trabajo de los periodistas en general?

Sería el momento de decir que la habéis liado, ¿no? [risas]. Fuera bromas, creo que la mayoría de los actores tienen algo de “miedo sano” a los periodistas. ¿¡Quién no se ha convertido en enemigo número uno de toda una nación tras una entrevista o una declaración desafortunada!?

Por otra parte, me impresionó mucho constatar que existen muchas similitudes entre los actores y los periodistas; se trata de profesiones que tienen que ver con la vocación, en las que se trabaja mucho con el intelecto, son trabajos educativos en los que además hay una dura competencia.

El tiempo no pasa por Kate Beckinsale. © Getty Images
El tiempo no pasa por Kate Beckinsale. © Getty Images

En esta película trabajaste con una chica que está muy de moda, Cara Delevingne, ¿qué puedes contarnos de ella?

El personaje de Cara en la película es como un portador de luz, de esperanza, y ella misma es tal cual. Es extremadamente efervescente, encantadora y adorable. Y aunque es una chica aún muy joven, es muy lista, muy reflexiva, le gusta aprender, y se toma muy en serio lo que hace.

 

¿Recuerdas cuando tenías la edad de Cara? ¿Cómo fue para ti esa época?

¡Eso fue hace como 84 años! No lo recuerdo muy bien… [risas]. Tengo una hija de 16 años y viéndola recuerdo lo horrible que fue para mí ser adolescente. Fue una fase muy difícil, pero creo que ahora, con las redes sociales y toda esa locura que las rodea, es peor aún.

Cara Delevingne y Kate Beckinsale en el estreno de la película en el Festival de Toronto. © Cordon Press
Cara Delevingne y Kate Beckinsale en el estreno de la película en el Festival de Toronto. © Cordon Press