Moda
Por Marina Speich
Conocía a Jamie Dornan desde hace tiempo, pero no me había dado cuenta hasta ahora. Durante años me he parado delante de los carteles publicitarios de Calvin Klein, aquellos en los que aparecía un hombre guapísimo, sexy hasta decir basta, en ropa interior, con el torso descubierto, con jeans ajustados… A veces la modelo Kate Moss se apoyaba en su espalda. O la actriz Eva Mendes lo abrazaba, embadurnada en aceite. Para mí era solo un cuerpo perfecto.
Pero este desconocido (al menos hasta hace un año) es ahora el hombre del momento. Él es, con 32 años, el protagonista de 50 sombras de Grey, de Sam Taylor-Johnson, la esperada versión cinematográfica del primer libro de una trilogía que ya ha vendido más de 100 millones de copias en todo el mundo. Para los fans la cuenta atrás ya ha empezado: el día 13 el filme estará en las salas de todo el mundo (también en España).
“La primera vez que vi a Jamie en pantalla fue en el 2013, cuando interpretaba al asesino en serie Paul Spector en la serie de televisión The Fall”, ha dicho la autora de la saga, E.L. James, que es también una de las productoras de la película. “Las audiciones para encontrar protagonista todavía no habían sido programadas, pero según le vi supe que sería uno de los candidatos. Es sin duda alguna guapo, pero lo que más me gustaba era su intensidad. Cuando aparece en pantalla no puedes retirar la mirada”.
Pequeño inciso para quién no se sepa la historia. Anastasia Steele (Dakota Johnson), conocida por sus amigos como Ana, 21 años, se encuentra con Christian Grey, 27. Él ha tenido una infancia difícil, es dueño de una empresa de éxito, tiene obsesión por el control, trastornos, rico… Ella es insegura, está a punto de graduarse en literatura inglesa y no se siente atractiva en compañía de los hombres. Christian le pide firmar un contrato con los detalles de su relación: todo girará en torno al papel de dominador (él) y sumisa (ella). Grey seduce a Ana mediante una serie de juegos eróticos. Practican sexo una vez. Y otra. Y otra. Y otra más… Él la frustra, ella llora, se enamora. Y él descubre una nueva faceta de sí mismo.
Encontrar al actor perfecto para encarnar a Christian Grey no fue fácil: debía gustar a millones de fans. El primer elegido para el papel, Charlie Hunnam, se retiró antes de comenzar el rodaje. Por no satisfacer las expectativas de las amas de casa, estudiantes, directoras, profesoras… que habían devorado las más de 1.500 páginas de la trilogía: demasiado rubio, demasiado masculino, demasiado rudo.
Y así fue como llegó Dornan, que antes de las pruebas no había ni leído el libro. “Para prepararme conté con un experto en sadomasoquismo. Una especie de gurú del sector. Porque además de meterme en el papel, tenía que afrontar un problema práctico: no sabía ni como usar todos esos accesorios eróticos. Así que él me enseñó todos sus trucos… ¡que me serán muy útiles para mi vida!”, nos confiesa el actor. “De él he aprendido que hay una técnica especial para utilizar bien las fustas. Al principio era muy malo, pero luego me hice con ello: es como pescar con caña”.
¿Y cómo ha sido el interpretar un papel de tan alto contenido erótico? “Mientras rodábamos las escenas de la habitación roja, me parecía que estábamos en una prisión subterránea, como una pareja sadomaso. Pero hubo escenas incómodas en las que Dakota llevaba poca ropa. Aún así, la atmósfera no necesariamente oscura o tenebrosa y nos hemos reído un montón”.
Jamie Dornan confiesa ser una persona abierta: “Los que aman estas prácticas, las usan. Cada uno tiene sus gustos. Pero que nadie diga que es una forma de violencia contra las mujeres. Son juegos consensuados y es bastante más común que sea el hombre el sumiso”, dice. “Y el que crea que los actores se excitan en el set de rodaje, en las escenas más duras, se equivoca. Mientras ruedas hay una decena de personas a tu alrededor que trasladan focos, cámaras, atrezzo… Puede ser una experiencia erótica si te gusta que te miren. Pero no es mi caso”.
Muchas han sido las voces que, antes del estreno de la película, han avanzado la falta de química entre la pareja protagonista. El resultado, ¿es una cinta erótica? “Es sexual, por supuesto”, confesaba el actor al Sunday Times este fin de semana, “pero tengo que decir que no creo que sea pornográfica; aunque también influye que yo crecí en un ambiente muy liberal”.
Eso sí, la que quiera ir al cine solo para ver a Jamie completamente desnudo ya sabe, porque el actor se ha encargado de avisarlo, que eso no pasará: “Mi contrato especifica que los espectadores no lo verán todo”. Vaya. A los que le han recriminado que otros compañeros de profesión, como Ewan McGregor, no han tenido reparos en rodar desnudos, Dornan les espeta entre risas: “Quizá es porque Ewan está particularmente bien dotado”.
Pero entonces, ¿hasta qué punto se traslada a la película el contenido erótico del libro? “No es tan explícito”, dice uno de los productores, Michael De Luca. El objetivo de la película es atraer a los espectadores, no impresionarlos. Una de las escenas más discutidas de la trilogía, la ya mítica “escena del tampón” (en la que Grey le quita uno a Ana antes de practicar sexo con ella) no estará en la película, como ya anunciaba la directora –entre mucho revuelo de fans- hace unos días.
De cualquier manera, que levante la mano la que hubiera dejado que su marido rodase una película así. Porque Dornan tiene una mujer, la cantautora Amelia Warner, 32 años. ¿Cómo se lo ha tomado? “Ella entiende que esto es un trabajo, pero no creo que veamos la película en casa juntos”, dice el actor.
Cuando empezaron el rodaje, la cantante estaba embarazada. Su niña, de la que la pareja no ha revelado el nombre, tiene ahora 14 meses. “Quiero una vida normal. No tengo adiciones, estoy casado con la mujer más comprensiva del mundo y tengo una hija. Todo esto me ayuda a mantener los pies en el sulo”, explica él.
Dornan creció en una pequeña ciudad de Irlanda del Norte y es el pequeño de tres hermanos. Su padre es ginecólogo y a su madre le diagnosticaron un cáncer de páncreas cuando él tenía 14 años: “Fue un momento muy trágico en mi vida”, dice. “Pero saber que aquella enfermedad no tenía cura nos ayudó. No nos refugiamos inútilmente en la esperanza. Cuando murió yo tenía 16 años y fue horrible. Estaba enfadado y en cierta manera lo sigo estando. Pero mi padre me ayudó a aceptar los momentos más difíciles en la vida, aunque la enormidad de aquello me superase”.
Tras la muerte de su madre, Jamie se inscribió en el colegio en Belfast donde pronto destacó como jugador de rugby. Algo que le sirvió para entrenar los músculos y el espíritu. Allí le descubrió una agencia de modelos en la que se ganó el apodo de pecho de oro hasta que se convirtió en uno de los rostros mejor pagados de la industria de la moda.
“No era un trabajo apasionante”, dice. “Pero hubiera sido una locura renunciar. Tenía 20 años y ganaba muchísimo dinero solo por apoyarme en un muro blanco y poner cara intensa”. Precisamente fue gracias a una campaña publicitaria como conoció a Keira Knightley, con la que mantuvo una relación de dos años. Desde entonces ha sido relacionado también con la actriz Sienna Miller, con la modelo Kate Moss, con la popstar Lindsay Lohan… Después la directora Sofia Coppola contó con él para su versión de María Antonieta, pero su papel pasó sin pena ni gloria por la gran pantalla.
50 sombras de Grey es la primera y verdadera oportunidad de Jamie Dornan de demostrar que es mucho más que una cara (muy) bonita. Aunque este actor y ex modelo todavía no se ha dado cuenta de lo sexy que es: “No lo creo”, nos dice. “En el colegio no tenía mucho éxito con las chicas. Parecía más pequeño de lo que era”. Pero ahora sí: será mejor que Dornan se prepare porque cuando le vean en su nuevo papel, es posible que con las mujeres le pase todo lo contrario.
