Moda
No digáis que somos exageradas así, de primeras, porque calificar de drama a lo que le ha pasado al pobre David Bustamante en su primer día de vacaciones no es llevar la situación al extremo. Porque es un drama. Vacacional, sí, pero drama, como cuando te acercas a la orilla a remojarte la cara y una ola gigante te pilla por banda y te hace elegir entre salvar tu bikini o tus gafas de sol que pagaste con un cuarto de tu sueldo el mes anterior. Pues a ese nivel.
A ver, os contamos. Ayer fue uno de esos días en los que hubiésemos dejado de seguir a David y a su señora, Paula Echevarría, en las redes sociales. No por nada malo, ¿eh? ¡Solo faltaba! Si no porque AYER EMPEZARON SUS VACACIONES. Y una persona en Instagram de vacaciones es el mal hecho foto, sobre todo cuando el receptor todavía tiene que esperar alguna que otra semana (¡piedad!, ¡piedad!) para ver, bendito sea, el color del mar.
Total, que se fueron de vacaciones y nos lo restregaron malamente por la cara, en plan «familia Philips, familia feliz», saliendo por la puerta de su casa en un microvídeo en el que bailan a ritmo del Corazón contento. Vamos, yo no sé el vuestro, pero el nuestro estaba pletórico, sí…
Y llegaron a Ibiza con su hija Daniella, y se reunieron con sus amigos y jiji, y jaja. Que si unas fotos por aquí, que si unas fotos por allá (porque el Instagram de Paula no descansa ni en vacaciones)…
…Y arena fina, y agua transparente y ¡¿baño con camiseta?! Esto, querido David, nos rompe los esquemas. ¿Se puede saber qué haces tú, alma de cántaro, bañándote como quien sale a hacer running? ¿Es que no te quieres quemar? Porque, chico, de guiri-británico-casi-albino tienes tú más bien poco (y, si querías protegerte del sol, siempre podías haberte informado de su letra pequeña en nuestro tema de solares, que hay que decírtelo todo). ¿O es que, quizá, querías ocultar tu cuerpo serrano porque la operación bikini no ha ido tan bien como debiera?
Pues la nuestra tampoco, así que no te agobies, que a esos abdominales marcados no les va a pasar nada porque se les descuide un poquito de vez en cuando. Sea lo que fuere, lo de la camiseta fue una mala idea, ¿que por qué? Porque luego se la quitó cuando el pobre hombre llegó a la piscina del hotel (y los paparazzis seguían haciendo de las suyas) y ¡tachán! Dejó al aire la realidad del asunto: los abdominales siguen en su sitio y no se ha quemado… pero la marca de la camiseta ya no hay quien se la quite. Fail.
Y entonces, moreno camionero al canto. ¿Nos vais a decir ahora que ese no es un drama vacacional? Tssss…
