Let tuvo a su primer hijo a los 35 años, tras recibir los resultados de unos análisis con unos niveles hormonales un poco raros. No les dio más importancia: después de todo tenía a su bebé con ella. Quería un segundo, pero el momento nunca venía bien: los gastos de criar a otro niño, el trabajo absorbente, las ganas de disfrutar del primero…

Cuando cuatro años más tarde se lo propuso en serio, acudió a la ginecóloga que, extrañada por sus periodos irregulares, le volvió a mandar análisis, esta vez específicos para averiguar cuál era su reserva ovárica. Los resultados, como narra en su blog Esto no es como me lo contaron fueron desoladores: «Mi ginecóloga me ha dicho que es bastante improbable que vuelva a quedarme embarazada sin pasar por un tratamiento de fertilidad, y que, con mi reserva ovárica, lo más probable es que me planteen la ovodonación», relata Let. «Así que en esta senda de toma de decisiones que he emprendido, tras haberlo hablado con mi marido, hemos decidido que no vamos a empezar un tratamiento de fertilidad. Si me quedo embarazada será fantástico, pero no vamos a iniciar un proceso que ambos sabemos que nos desgastaría, amén de que tendríamos problemas para costearlo».

"Mi ginecóloga me ha dicho que es bastante improbable que vuelva a quedarme embarazada". © Jonathan Gorrigan
«Mi ginecóloga me ha dicho que es bastante improbable que vuelva a quedarme embarazada». © Jonathan Gorrigan

El caso de Let es bastante más normal de lo que nos pensamos y cada vez tiene más visibilidad en los medios de comunicación: Paula Vázquez contó como había congelado sus óvulos, Raquel Sánchez Silva escribió un libro al respecto y Mónica Cruz no quiso esperar a que apareciera la persona idónea para tener a sus hijos. ¿Qué hay de cierto en esa frase hecha de «se te pasa el arroz»? ¿Es verdad que la biología no espera? Pasamos una mañana acompañando a la especialista en fertilidad Marian Cisterna, en su trabajo como baby planner para indagar en el tema.

La historia de Marian Cisterna es también larga. Ella pertenece al pequeño porcentaje de mujeres que a pesar de someterse a tratamientos de fertilidad no tuvo hijos. Sus vivencias, noveladas, las cuenta en su libro No tires la toalla hazte un bonito turbante. Además, desde hace tiempo trabaja como asesora de fertilidad. Su labor: servir de apoyo a las mujeres que se ven envueltas en procesos de reproducción asistida.

Ella nos guía hasta la consulta del Dr. Antonio Urries, biólogo y encargado de coordinar el proceso de reproducción asistida en Quironsalud Zaragoza, que, como él mismo explica, «es un trabajo de equipo».

Marian Cisterna en las puertas de la clínica Quironsalud Zaragoza.
Marian Cisterna en las puertas de la clínica Quironsalud Zaragoza.

¿Infertilidad?, detectar las causas.

Si no se ha conseguido el embarazo tras un año intentándolo, es probable que exista un problema que conviene detectar. Existen miles de factores por los que se puede tener dificultad para concebir, pero el Dr. Urries es claro: «El más importante es la edad; la mayoría de los problemas desaparecerían si buscáramos el embarazo antes de los 35″. Zas, otro bofetón para las mujeres que, a diferencia de los hombres, jugamos contrarreloj.

Pero es difícil luchar contra la biología: «A partir de esa edad la calidad de los óvulos desciende vertiginosamente, aproximadamente un 40-50% están alterados», prosigue el doctor que explica que, en el caso de ser fecundos, tienen más probabilidades de acabar en abortos espontáneos o en un niño con anomalías cromosómicas. Razones por las que cada vez más mujeres recurren a la congelación de óvulos jóvenes, una alternativa que aumenta la edad fértil.

Jennifer Lopez tuvo a sus mellizos, Max y Emme, a los 38 años. © Cordon Press
Jennifer Lopez tuvo a sus mellizos, Max y Emme, a los 38 años. © Cordon Press

El proceso:

¿La buena noticia? Los avances de la ciencia ayudan cada día a hacer milagros. «Hoy en día hay pocas pacientes que no se queden embarazadas», explica positiva y con una sonrisa la ginecóloga Jessica Marqués, especialista en reproducción asistida. En su consulta, fotos de los niños que ha ayudado a nacer: «En mi trabajo es complicado no implicarse, la gente vive momentos muy duros aquí, y también momentos muy felices. Personalmente creo que el proceso es muy intenso y que es importante humanizarlo».

¿Un imprescindible? Armarse de paciencia, «esto es una carrera de fondo. Hay que tener paciencia porque las cosas llevan su ritmo, confiar en los profesionales que te acompañan y no quedarte nunca con dudas. Nunca hay preguntas tontas. Mi recomendación es preguntar, preguntar, preguntar».

La Dra. Jessica Marqués en su consulta de ginecología.
La Dra. Jessica Marqués en su consulta de ginecología.

Las opciones:

Ante un problema para concebir, las opciones son básicamente tres, como nos explica el Dr. Urries:

  1. Inseminación artificial (I.A.). Cuando el semen, óvulos y trompas de Falopio están aparentemente bien y se tiene menos de 37 años se puede intentar una inseminación artificial que consiste en introducir espermatozoides seleccionados como lo harían en una relación sexual normal. Es una forma de fomentar la inseminación creando una situación óptima para que la fecundación tenga lugar.
  2. Fecundación in vitro (F.I.V / I.C.S.I.). En este caso lo que se hace es juntar en el exterior óvulos con espermatozoides. En una FIV convencional los espermatozoides se colocan junto a los ovocitos para que la fecundación ocurra como la natural. En el caso de ICSI los espermatozoides se introducen directamente en los ovocitos maduros.
  3. Donación de óvulos. En el caso de que la mujer no tenga óvulos de buena calidad puede acudirse a la ovodonación, en cuyo caso el bebé no compartiría carga genética con la madre. Si además de la madre el padre también tiene problemas pueden adoptarse embriones completos. En estos casos las probabilidades de éxito aumentan de manera espectacular: mujeres con un 5% de posibilidades de tener hijos pueden alcanzar un 80%.
Nicole Kidman tuvo a su primera hija biológica a los 40 años. La segunda, tres años después, la concibió mediante vientre de alquiler (una alternativa que la legislación española no contempla). © Cordon Press
Nicole Kidman tuvo a su primera hija biológica a los 40 años. La segunda, tres años después, la concibió mediante vientre de alquiler (una alternativa prohibida por la legislación española). © Cordon Press

Una carrera de fondo:

Marian Cisterna se emociona al enseñarnos las salas donde se reposa tras los tratamientos: «La maternidad es un instinto muy primario. Te pasas la vida intentando no quedarte embarazada para que cuando tu reloj biológico te dice que es el momento de ser madre de repente no puedas. Se sufre mucho porque sientes como que la naturaleza te está negando algo a lo que tienes derecho».

Ella es la persona que lleva los grupos de apoyo Hello! (actualmente en Aragón, Rioja y Comunidad Valenciana; muy pronto en Madrid, Barcelona, Bilbao y Málaga, siempre de manera gratuita) porque, cuando una persona se somete a un tratamiento de fertilidad debe asumir que va a ser un proceso duro. Algunos deciden contarlo a sus allegados, otros, por el motivo que sea, prefieren llevarlo más o menos en secreto. «Entre que a nuestro alrededor la gente no sabe muy bien cómo ayudar, que emocionalmente es algo de por sí muy complejo y que además las hormonas hacen de las suyas, tener ayuda es muy necesario» nos cuenta Marian. «A veces solo hay que escuchar y acompañarles. Otras les ayuda oír a gente en situaciones similares. Y si la cosa vemos que requiere de la intervención de un profesional les guiamos hacia un psicólogo», añade la experta. «A veces nos empeñamos en negar la ansiedad. Esta es normal y no debemos sentirnos culpables. No se les puede exigir estar a tope constantemente. En mi caso fue necesario tocar fondo emocionalmente y romperme del todo para poder seguir adelante con mi vida».

¿Y los hombres? «Ellos mantienen la energía positiva casi hasta el final. Quizás lo llevan peor cuando la infertilidad se debe a factores suyos» dice la Dra. Marqués. Marian Cisterna apostilla «Ellos sufren mucho por su pareja. El hijo lo perciben de una manera más lejana. Lo que ven es que su mujer está sufriendo y lo que quieren por encima de todo es ayudarla. El bebé en ese momento está en un segundo plano. Lo que está claro es que los tratamientos de fertilidad son una prueba de fuego para las parejas. Nada te une o te separa como esto».

El Dr. Antonio Urries y la 'baby planner' Marian Cisterna.
El Dr. Antonio Urries y la ‘baby planner’ Marian Cisterna.

Perspectivas:

El Dr. Urries se muestra positivo: «La ciencia avanza muy rápidamente y a día de hoy hay pocas pacientes que no se quedan embarazadas». Positivo, pero nadie como él sabe que el camino es duro, «si solo pudiera darles un consejo a las mujeres que quieren tener un hijo es ‘no lo dejéis’. Tened los bebés antes de los 35 años ya que el tiempo juega a partir de ahí en vuestra contra«. La Dra. Marqués añade: «Rodearos de buenos profesionales. Es importante confiar mucho en ellos, así que buscad gente que además os haga sentir cómoda».

Y así es como comienza la vida...
Y así es como comienza la vida…