Cuando eres niño tener pueblo te sitúa en un estrato muy superior que te permite mirar por encima del hombro al resto de tus congéneres («ja, tú al campamento urbano y yo con los abuelos al pueblo»). Cuando creces, te das cuenta de que te proporciona un lugar seguro y sobre todo barato donde pasar unos días sin tener que empeñar un riñón para disfrutar de la ruralidad.

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Mítica verbena de pueblo, con su orquesta y todo. © Getty Images

Una vez al año, generalmente en agosto o fechas cercanas (de julio a septiembre), la tranquila vida de los pueblos se revuelve coincidiendo con el gran momento álgido de su calendario: las fiestas. La plaza se llena entonces de gente que nadie sabe de dónde sale y un lugar que era calmado se deja llevar por el frenesí de la orquesta. Que si piñatas, carreras de sacos y juegos varios para los niños, la misa mayor, las charangas, los trajes regionales, y por supuesto, la verbena. Ese gran fenómenos sociológico que no serás capaz de imaginar si no has tenido la suerte de vivirlo en primera persona. Aquí trataremos de desgranarlo:

Las fiestas de pueblos: ese curioso fenómeno sociológico que solo puedes entender si lo has vivido en tus carnes.
Las fiestas de pueblos: ese curioso fenómeno sociológico que solo puedes entender si lo has vivido en tus carnes.
  • Abuelos y niños primero:

Los primeros en llegar SIEMPRE son los abuelos y los niños: ahí es cuando comienza ‘el baile’, el paso previo a la verbena. Los abuelos tienen que estar antes que nadie porque por ellos pasa toda la información que circula por la plaza y deben prepararse en sus puestos; son como el Nodo de las fiestas y de la vida rural en general. Los niños porque oficialmente tienen que irse más pronto que tarde… que luego sobrevivan a sus madres agotadas ya es otra historia.

Los abuelos son los primeros en llegar y adoran los bailes coreografiados.
Los abuelos son los primeros en llegar y adoran los bailes coreografiados.

Por eso generalmente la programación de la verbena siempre comienza con los clásicos populares: rancheras, pasodobles y demás canciones del verano (del 71). La ley de la evolución humana dice que a más años menos vergüenza, así que las abuelas son las primeras que se lanzan a la pista como si no hubiera un mañana. Los abuelos o intentan mantenerse al margen, observando desde la barrera, o se lanzan a sacar a la parienta para moverse al ritmo de lo que se tercie. En el sentido más literal de la palabra: da igual que sea un pasodoble, una lambada o David Civera, todo lo bailan igual. A muchos les ves contando mentalmente los pasos no sea que se les vaya el oremus.

Sí, es Boris Yeltsin pero podría ser el borracho de cualquier fiesta de pueblo.
Sí, es Boris Yeltsin pero podría ser el borracho de cualquier fiesta de pueblo.
  • La primera fila:

Otros que disfrutan como enanos son los niños. Como nunca han estado en una discoteca para ellos la verbena es lo más de lo más y una posibilidad de irse a dormir más tarde que Cenicienta. A la mayoría les suele costar arrancarse, pero cuando por fin lo hacen no hay manera de sacarlos de la pista. Suelen correr a ponerse en primera fila, allá donde no oyes nada. (Nota: por favor, que alguien le diga al técnico de sonido que no es necesario dejarnos a todos sordos, gracias).

Los niños siempre acaparan la atención en primera fila.
  • El fenómeno de «la Macarena»:

Por eso gustan tanto las canciones del verano con coreografía, así sea la Macarena, el Aserejé, No rompas más mi pobre corazón o Follow the leader. Se fijan en el de delante si se pierden y salen todos orgullosos con cara de «esta me la sé». Aunque su favorita y la de muchos suele ser el Paquito el Chocolatero porque la coreografía requiere poca ciencia aunque tú sufres con cada golpe de cadera no vaya a ser que se les rompa y tiene un punto verderol que les hace super transgresores.

¿Por qué, por lo general son tan arrítmicos? Es una pregunta que nunca sé contestar…

En una verbena todas las canciones se bailan igual.
En una verbena todas las canciones se bailan igual.
  • La conga:

Precisamente los niños son los grandes secundadores de las congas, ese fenómeno que debe producirse en cualquier fiesta de pueblo que se precie. Diversas universidades americanas todavía estudian cómo se produce sin haber llegado a conclusiones concluyentes. Lo que siempre está claro es que nadie confesará nunca haberla empezado. Sea como sea, lo bello de la conga es que hermana a todos: niños, abuelos, gente de mediana edad, el entrañable borracho, la niña mona detrás de la que todos se quieren poner para tocar un poco de cacho…

No te das cuenta y te has pasado con las copas. No te das cuenta y ya vas a la cabeza de la conga.
  • Al fondo, en la barra…

A la verbena siempre llega alguien con ganas de darlo todo y que acaba animando el cotarro, sin importarle lo que piensen los demás. También a veces pasa que semejante marcha suele ser sinónimo de haberse bebido hasta el agua de los floreros incluso antes de empezar.

Porque esa es otra: los hay especializados en colocarse en la barra (que suele ser de estas móviles con un grifo de cerveza portátil) y bebérselo todo. Sin inmutarse, sin hacer ruido, cerveza va, combinado/matarratas viene. Otros sí lo hacen, el inmutarse, y aprovechan el momento de «pedete simpático» para lanzarse a la pista a hacer el melón. Y a ver si pillan cacho. Félix Rodríguez de la Fuente podría haber rodado unos cuantos documentales del cortejo del lupus lupi en las plazas de los pueblos.

En cualquier verbena de pueblo siempre hay alguien dispuesto a darlo todo.
En cualquier verbena de pueblo siempre hay alguien dispuesto a darlo todo.
  • La orquesta:

Las verbenas de los pueblos son también una muestra de poderío del consistorio. Ahí se echa el resto: mejor orquesta que disc-jockey (¡faltaría más!) y mejor si tiene muchos integrantes, muchos instrumentos y modelitos con brilli-brilli como si no hubiese un mañana. Los minimalismos, para el pueblo de al lado.

El poderío del consistorio se mide en número de lentejuelas sobre el escenario cuando sube la orquesta.
El poderío del consistorio se mide en número de lentejuelas sobre el escenario cuando sube la orquesta.
  • El show:

Pero no todo es baile y música en los festejos estivales. También se aprovecha para elegir a las reinas de las fiestas, gran momentazo junto con el bingo y el del concurso de disfraces de los adultos. Cuando son tus amigos los que salen disfrazados te ríes mucho pero, ¿y si son tus padres los que salen al escenario con un disfraz de esos de tierra trágame? Ruegas por favor para que vuelva a subir cuanto antes la orquesta y acabe tu sufrimiento. Porque esta es otra, las verbenas de los pueblos están planeadas para que los padres avergüencen a sus hijos adolescentes. Yo ya estoy planeando mi revancha contra mis hijas para cuando tengan 15 años. Pero es algo por lo que hay que pasar, que no te mata pero te hace más fuerte. Se quiera o no.

La elección de la Miss de las fiestas, uno de los grandes momentos de la semana de festejos.
La elección de la Miss, uno de los grandes momentos de la semana de festejos.