En 1896 el barón de Coubertin dejó una huella olímpico-lingüistica, cuando en las primeras Olimpiadas de la era moderna acuñó la frase «Citius, Altius, Fortius«, o sea, más rápido, más alto, más fuerte. Siempre me ha gustado el lema. Siempre lo he ligado a la vida, a mi vida, con idea de crecer, de hacerlo velozmente y con la fortaleza que da la profundidad. Sin embargo, a estas alturas, prefiero cambiar el más rápido por más cercano, en la medida en que la cercanía se impone no solo como filosofía de vida, sino como una auténtica necesidad, mía, nuestra y por tanto de la sociedad en su conjunto.

Es una realidad que nos ha conquistado para nuestro día a día cotidiano. Desde luego, en la alimentación. A la fuerza ahorcan, porque parece que ya nos hemos enterado de que de verdad somos lo que comemos y debemos practicarlo de manera consciente. Yo, desde luego, gracias a mi hija Cristina Barroso, @barrous , aprendo cada vez más a comer amando lo que ingiero como una manera de amarme a mí misma, de amar mi cuerpo, de entenderlo, de vivir alineada conmigo misma y con consciencia. Y al hacerlo, realmente he vuelto a entender algo que ya sabía de niña y que tiene que ver con el consumo de cercanía y de temporada. Porque entonces comíamos básicamente lo que nos ofrecía cada temporada, y mucho más lo que teníamos cerca.

Pero llegó un tiempo en el que nos acostumbramos a ingerir cualquier alimento de cualquier lugar del mundo en cualquier momento del año. Y por ello habíamos, o al menos yo había, tendido a olvidarnos de esa sana y sabia realidad de la estacionalidad. Ahora, de nuevo, al entender esa manera de cocinar, de comer, de alimentarme, de una manera mucho más consciente, también he podido volver a esa forma de comprar comida como suele decirse más de cercanía y desde luego de temporada. Llamadme talibán, pero me niego a comprar fresas en diciembre, y lo confieso, es una de mis frutas favoritas.

Esta filosofía de vida se extiende a otros ámbitos. De hecho, en los últimos meses del año pasado (jajaja, eso es hace siete días) me sentí feliz involucrada en un precioso proyecto relacionado con el arte y una manera de consumirlo, en este caso no de cercanía, pero sí de manera más sostenible, más consciente. Tiempo de Arte. Slow Art Circuit Spain es un proyecto maravilloso de cuyo consejo asesor formo parte. Esto, siendo importante para mí, no es lo fundamental, porque lo primordial es el proyecto en si mismo, así como la capacidad que tiene y va a tener de hacer comprender la transformación que el arte puede suponer para nuestras vidas. Porque es capaz de renovarnos, de hacernos mejores, más sabios, más humanos, incluso dicen que más sanos. Y lo cierto es que por ejemplo si pensamos en los tiempos de pandemia, especialmente en los momentos de confinamiento, fue importantísima la labor de los museos, la de las galerías de arte, de los artistas, en general del mundo de la cultura, para sacarnos de casa, sin salir de ella, para conducirnos a un horizonte de mayor bienestar y más felicidad.

El arte es capaz de renovarnos, de hacernos mejores, más sabios, más humanos, incluso dicen que más sanos

Y ya que estamos con la cultura, quiero referirme a otra de sus facetas que forman parte de mi existencia, que es core de esta web y a la que he dedicado gran parte de mi vida profesional: la moda. Cuando hablamos de ella, desde luego, yo siempre insisto en que hablamos de negocio, porque al fin y al cabo mueve la economía de las marcas y la nuestra, ya que la moda, nuestra imagen, es algo a lo que le dedicamos interés y dinero desde que somos pequeños hasta que nos marchamos y desde la mañana a la noche. Y como unión de cultura y de negocio, es fundamental aplicar esa filosofía de cercanía, que he querido dar a esta columna. Porque es trascendente, porque es una manera de consumirla de manera consciente y desde luego porque es sostenible.

De hecho, por eso siempre he sido una ferviente defensora de la moda española. Siempre. Y tuve la inmensa fortuna de ponerlo en práctica cuando fui directora de la pasarela Mercedes Benz Fahion Week Madrid. Entonces recordaba a los diseñadores que debían reivindicar que su moda era sostenible, entre otras cosas porque lo era de cercanía, producida generalmente cerca de sus propios talleres. Además, muchos de ellos ya llevaban a cabo la fórmula de vender sus creaciones «bajo demanda», que ahora está tan pregonada a nivel nacional e internacional. Y por si fuera poco, en nuestro país podemos presumir de materiales ancestrales, de técnicas milenarias y tradicionales, que aplicados a la modernidad son o pueden ser una baza ganadora.

Por eso me parece tan interesante el proyecto que está poniendo en marcha el diseñador Moisés Nieto para dar el lugar que merecen las artesanas y los artesanos y todos aquellos que crean con técnicas tradicionales. A través de su buscador La Hacería , que ha sido llamado el google de la artesanía, pretende dar a conocer y poner en relación a personas que se dedican a ella y que tienen la capacidad de enriquecer la moda de autor, de momento. En principio, el buscador solo recoge profesionales madrileños, pero crecerá. Es de los proyectos más interesantes que he escuchado últimamente, que le valió el premio Madrid Capital de Moda en 2020, en mi humilde opinión merecido con creces. Porque si se acusa siempre a la moda de mirar su propio ombligo, es de aplaudir que un creador vuelva esa mirada hacia afuera y se proponga mejorar el ecosistema fashion ofreciéndole el contacto artesanal. Pero es que al mismo tiempo, es fundamental para ellos que alguien se ocupe de darles una relevancia que normalmente no alcanzan, un altavoz y redes en las que moverse para generar alianzas.

España puede sacar pecho con su artesanía, su moda y con proyectos que las aúnan. Hay otro que me entusiasma, en este caso una marca que ha recuperado la lana para ponerla a nuestros pies. Se trata de Yuccs,  nombre de zapatos deportivos que ha unido los materiales más naturales, especialmente la lana merina, reivindicando su origen hispano (lo que en ropa ya hicieron anteriormente el propio Moisés Nieto y Oteyza) a un proceso totalmente innovador. Sus sneakers se fabrican en Elche, aunque se crean en Mallorca, en cuya capital acaban de inaugurar incluso tienda. Eso es paso cercano y firme.

*Imagen: Instagram Barrous