«Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti». Esta famosa cita de Oscar Wilde parece haber inspirado, una vez más, a Domenico Dolce y Stefano Gabbana. Y es que si por algo se caracteriza la firma italiana Dolce&Gabbana es por prestarse a participar, con los ojos cerrados, en este nuevo juego llamado hashtags, trending topics y redes sociales.

El boicot a Dolce&Gabbana (imaginado por los propios Dolce y Gabbana).

Todo comenzó cuando Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en Estados Unidos (no hurguemos más en la herida) y su mujer, Melania Trump, se convertía así en primera dama y en objetivo de miles de publicaciones de moda que analizaban su estilo. La polémica estaba servida en cuanto muchos de los diseñadores más prestigiosos del panorama -de Tom Ford a Marc Jacobs- declararon públicamente que no querían que la esposísima de Trump vistiera sus creaciones.  Frente a ellos, los contrarios: los que manifestaron que no tendrían ningún reparo en que una mujer del porte (y repercusión) de Melania se convirtiera en altavoz para sus diseños. En esta lista destacan Tommy Hilfiger, Diane Von Furstenberg o Dolce&Gabbana. Precisamente esta última firma se ha convertido en pocos meses en un ‘básico’ recurrente en el armario de la eslovena.

A mucha honra para los dos creativos. Tanto que Stefano (Domenico pasa de las redes sociales) y el perfil oficial de la marca han inundado Instagram con fotografías de la primera dama luciendo sus modelitos, aprovechando para darle las gracias por pasear la moda italiana por medio mundo.

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Nadando contra la corriente

El problema llegó cuando las redes sociales llamaron al boicot. Muchos vieron en este gesto friendly fashion hacia la primera dama norteamericana, toda una ofensa para todos esos colectivos de los que Trump tanto reniega (mujeres, homosexuales, cualquier raza más allá de la blanca…). Fue entonces cuando se hizo un llamamiento para no comprar las piezas de Dolce&Gabbana también desde las redes sociales. Y es aquí donde los diseñadores han utilizado a su favor, y poniéndose una vez más al mundo por montera, la célebre cita de Oscar Wilde: han convertido este boicot en una camiseta y en un vídeo promocional (peligrosamente similar al que estrelló a Pepsi y Kendall hace solo unas semanas).

Atención:

Una simple camiseta básica blanca con el texto #Boycott Dolce&Gabbana y el dibujo de un corazón es lo que les ha hecho falta para reírse de todos la situación. Sí, queridas. Esta T-shirt que lucirán todas las influencers del mundo mundial tiene un precio de 175 euros.

Y está disponible para hombre y mujer.

Una polémica estrategia de marketing muy similar a la que ya siguieron el año pasado cuando crearon su particular venganza contra las camisetas souvenirs, convirtiéndolas en objeto de culto (y de lujo). ¿Quién dijo miedo?