De pronto, ir en biquini ya no era divertido. Ya no eras tú, corriendo y jugando con tus amigos por la piscina. De la noche a la mañana, a todo el mundo parecía importarle mucho el nivel de vello corporal, celulitis, grasa, marcas y manchas que tenías en el cuerpo. Las axilas tenían que ir impecables, por supuesto. Las piernas, suaves y sin una vena o pelo a la vista. Los de los brazos, bueno, si son rubios y pocos, sí. Si no, más vale que corras a hacerte el láser si no quieres que te comparen con toda suerte de sujetos peludos de ciencia ficción, desde el primo Eso a Chewbacca, porque los chavales pueden ser muy originales y creativos cuando se ponen a ello. Y no entremos a hablar de las ingles. Ese sufrimiento al moverte y saber que algún pelo podría sobrepasar esa línea imaginaria del borde del bikini a partir de la cual tus pelos son aceptables o no. De pronto, ir a la piscina ya no molaba por culpa de la PDC (Policía Del Cuerpo, que no cuerpo de policía).

Porque tardabas mucho tiempo en depilarte, dolía y nunca quedaba lo suficientemente bien. Porque no había biquini que ocultase todos tus pelos furtivos. Porque la toalla anudada a la cintura se convirtió en tu mejor aliada para desplazarte. El bañador, lo más grande posible para tapar la máxima superficie. Las posturas, estudiadas, ¡hasta sabías dónde colocar las manos para camuflar tal o cual ‘defecto’! Tenías 12 años. Y mantuviste el patrón desde entonces y durante mucho, mucho tiempo.

¿Te suena? Seguramente, porque ver a nuestro cuerpo como a un enemigo no es ajeno a la realidad de la mayoría de mujeres.

Ver nuestro cuerpo como a un enemigo no es ajeno a la realidad de la mayoría. © He Li
Ver nuestro cuerpo como a un enemigo no es ajeno a la realidad de la mayoría. © He Li

¿Qué es el movimiento body positive?

El movimiento body positive fue formado en 1996 por Connie Sobczak y Elizabeth Scott. Es un movimiento feminista que busca animar a las mujeres y personas transfemeninas a adoptar actitudes más benevolentes hacia su propio cuerpo para superar sus conflictos de imagen personal y, en definitiva, tener vidas más felices y productivas.

Una idea que por fin empieza a dar sus frutos. La Asociación Americana de Psicología acaba de desvelar los motivadores datos de su último estudio: las mujeres mujeres aceptamos nuestro cuerpo mejor hoy que hace 30 años. Concretamente, un 3,3% mejor que entonces, lo que, según Bryan Karazsia, autor del estudio, es un cambio estadísticamente sustancial. Una variación que, sin embargo, pone de manifiesto que todavía queda mucho por hacer.

Que a estas alturas de la vida tenga que venir alguien a decirnos que seamos benevolentes y no crueles con nuestro cuerpo, es un claro ejemplo de lo mal que está el asunto de las mujeres y su autoimagen. Años y años de socializarnos en entornos misóginos nos han hecho expertas en mortificarnos y en analizar al milímetro tooooodo lo que hacemos o tenemos mal. Ya no necesitamos al niñato prepúber de la piscina llamándonos ‘Lobezno’ por nuestros vellos de adamantium, ahora han conseguido convertirnos en nuestras propias bullies. Vamos al gimnasio a luchar contra nuestras lorzas, no con ellas. Pedaleamos pensando en que nos merecemos ese sufrimiento por haber sido tan malas de habernos comido un donut. Quema tu sentimiento de culpa y sobre todo, quema todas esas calorías que nunca debiste ingerir como la persona débil y sin autocontrol que eres.

Y si necesitas ayuda para hacerte sentir mal, siempre tienes la inestimable ayuda de los mensajes ‘motivacionales’ de la cultura fitness y la thinspiration en general (Instagram ha bloqueado las búsquedas de la etiqueta #thinspiration). El reto del folio, el del hueco de los muslos, el del hueco de las clavículas, el de tocarte el ombligo por detrás de la espalda. Los verdaderos Juegos del Hambre. «No seas una vaga asquerosa, sal ahí fuera y malgasta tu tiempo en pasarlo mal sudando en aparatos de gimnasio que parecen potros de tortura y aliméntate a base de batidos». El mismo sacrificio que si fueses un ángel de Victoria’s Secret… pero sin la pasta, ni el tiempo, ni la portada de turno, vaya.

Bajo el hastag #ImNotAnAngel (ni falta que hace), la firma de lencería Lane Bryant reivindicó el año pasado la belleza más allá de los cánones de Victoria's Secret. © Lane Bryant
Bajo el hastag #ImNotAnAngel (ni falta que hace), la firma de lencería Lane Bryant reivindicó el año pasado la belleza más allá de los cánones de Victoria’s Secret. © Lane Bryant

Todo esto por tu bien, por tu salud, porque pasarte la vida obsesionada con todo lo que comes y cada centímetro que ganas es mucho más sano que un par de kilos de más. Y porque, seamos serias, ningún hombre tiene que ser un hombre porque heteronormatividad podría llegar a quererte si no te acercas a esta imagen ideal. Muy transgresor todo, sí.

Quema tu sentimiento de culpa y todas esas calorías que no debiste ingerir, como la persona débil que eres.

Resumiendo, el movimiento body positive se basa en mejorar tu autoestima, no tus abdominales. Busca inspirarte a valorar tu salud, tu belleza única -no solo es bello lo normativo- y tu propia identidad por encima de tu capacidad de encajar en los cánones establecidos.

¿Estás atacando a tu propio cuerpo?
¿Estás cuidándote o atacando a tu propio cuerpo?

¿Respertase o no respetarse?

Pero no todo iban a ser tallas XXS quemadas al aire. Como cada vez que las mujeres transgreden los límites de la sumisión y la complacencia, las hordas contraatacan. Que si ahora todo el activismo es subir fotos en bragas, que si no nos respetamos -esto suele significar que ellos consideran que podemos ser respetables o no según su propio criterio-, que si todo es para llamar la atención. Haters gonna hate. ¿Pero eso no es animar a que la gente sea obesa? ¿Pero eso no es incitar a que la gente tome hábitos insanos?

Bueno, teniendo en cuenta que las dietas pretenden mantenerte ocupada todo el año, el batido sustitutivo del desayuno, la barrita sustitutiva del almuerzo, la barrita sustitutiva de la barrita sustitutiva de la cena y los waist trainers (que ríete tú del corsé de la Señorita Escarlata), yo diría que apoyar a las personas para que aprendan a aceptarse como son, es animarlas a mejorar su salud. Como mínimo, la mental. Porque la fina línea que separa el cuidarse o el querer estar en forma del odiar a tu cuerpo es borrosa.

Tras "el helado para un mal día", ¿viene el "me machaco en el gimnasio para castigarme"?
Tras «el helado para un mal día», ¿viene sistemáticamente el «me machaco en el gimnasio para castigarme»?

Vivimos en tiempos en los que el fat shaming está a la orden del día: sin ir muy lejos, muchas de nuestras series favoritas tienen a personajes gordos sobre los que hacer ingeniosos chistes de ballenas y gorilas (rematados con risas enlatadas, claro). Los trastornos alimentarios son ya toda una epidemia y miles de chicas ahí fuera odian sus cuerpos hasta el límite de mutilarlos, maltratarlos y esconderlos sistemáticamente. Explicadme cómo eso no es un problema, mientras todos estamos más ocupados haciendo chistes sobre “lo anoréxica que está” tal actriz.

Aún hoy en día, lo único que gana una mujer al enseñar su cuerpo es un montón de insultos y reproches, posiblemente de tíos que llevan una foto de perfil con el torso desnudo y nadie les ha cuestionado nunca si “se respetan” o no.

En este mundo loco en el que vivimos Gigi Hadid es víctima a diario del #fatshaming. Si alguien entiende algo, que nos lo explique. © Cordon Press
En este mundo loco en el que vivimos Gigi Hadid es víctima a diario del #fatshaming. Si alguien entiende algo, que nos lo explique, por favor. © Cordon Press

El consejo es que ames tu cuerpo todo lo que seas capaz de hacerlo. No siempre es fácil, no todas las mentes ni las dismorfias son iguales, pero si puedes, dale una oportunidad al body positive. Porque ahora estoy bastante lejos de esa chica que se enrollaba pesadas toallas alrededor del culo bajo un sol de justicia en pleno agosto.

Ahora, te animo a entender tus piernas como esos miembros que te llevan donde quieras llegar, tus brazos como ayudantes para todo lo que te propongas hacer y todo tu cuerpo como el hogar-dulce-hogar donde vas a pasar el resto de tus días, ¿no te gustaría sentirte cómoda en él? Existe para protegerte y darte cobijo, no para gustar o dejar de gustar a terceras personas.

Tu cuerpo es una república independiente y tu cargo, vitalicio. Diles a tus amigas que son espectaculares, que se luzcan cuanto quieran. Diles lo equivocadas que están y lo mucho que se merecen ser felices en su piel. Diles que el sistema es cruel y despiadado y que si no nos cuidamos a nosotras mismas, nos destruirá.

Repítetelo a ti misma hasta que te lo creas. No es tan sencillo como parece, pero todo empieza por recordar el siguiente mantra: quererte es poder.